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Crítica de "Misión Imposible: Protocolo Fantasma", misión cumplida

"Misión Imposible: Protocolo Fantasma" (Mission: Impossible - Ghost Protocol, 2011) no solo es una de las secuelas más esperadas de la nueva temporada de estrenos, sino que además supera todas las expectativas que uno podía generarse viendo sus avances. Entretenimiento, espectacularidad, diversión y una historia que, a pesar de lo inverosímil, cumple con su cometido dan como resultado la mejor película de acción de los últimos años.

Crítica de "Misión Imposible: Protocolo Fantasma", misión cumplida
martes 03 de enero de 2012

Muy poco queda de aquella Misión Imposible de la tele. Salvo la clásica música de nuestro Lalo Schifrin y algún que otro guiño. Tampoco quedó nada del inicio de la saga, excepto Tom Cruise–quien además oficia de productor junto a J.J. Abrams (Super 8, 2011)-, a quien que el paso del tiempo parece no afectarle. Si nos remitimos exhaustivamente a sus orígenes podríamos llegar a la conclusión de que solo quedó su título, que en este caso le sienta de maravillas ya que define toda la esencia de la película dirigida por el impredecible Brad Bird (Ratatouille, 2007; Los Increíbles, 2004).

En la cuarta entrega de la saga, el agente Ethan Hunt (Tom Cruise), miembro de la F.M.I (que nada tiene que ver con el Fondo Monetario Internacional) ha caído en una trampa ante la que el gobierno norteamericano lo deja solo junto a su equipo. Así, él y sus compañeros deberán ingeniárselas para resolver el caso. Que en síntesis será una misión imposible y que por razones del efecto sorpresa no vamos a develar para que el espectador se asombré igual que nosotros al enfrentarnos a este impresionante espectáculo visual.

Misión Imposible: Protocolo Fantasma es un coctel de imágenes descomunales de lugares como Moscú, Dubai y Bombay, pero esos escenarios sirven para montar las más exageradas (en el buen sentido de la palabra) escenas de acción de los últimos tiempos. Persecuciones increíblemente filmadas, escapatorias que dejarán sin aliento, situaciones de extremo peligro en las que el suspenso provocará las más inesperadas reacciones son sólo algunas de las situaciones a las que nos somete Brad Bird sin respiro ni condescendencia.

De entrada se sabe que estamos frente a una historia inverosímil, por lo que buscar credibilidad en el relato es el camino incorrecto. Sobre todo si se quiere disfrutar el contenido. Es imposible escalar el edificio más alto del mundo, entrar al Kremlin venciendo las medidas de seguridad o seducir al hombre más rico de la India para que entregue un código secreto (o eso tal vez esto sí). Pero sin todas estas situaciones, y muchísimas más, Misión Imposible no sería tan imposible y esta película no sería lo que es: una verdadera joya del cine de acción. Si lo que se quiere es pasarla realmente bien, ir al cine a ver Misión Imposible: Protocolo Fantasma es su nueva misión.

10.0
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