La Era de la Involución

Street Fighter: La Leyenda

Cine y videojuegos están juntos en la globalización del siglo XXI. Ésa que también ofrece una transformación a nivel cinematográfico con nuevos soportes, nuevas tecnologías, nuevas miradas. Esta nueva entrega basada en el popular videojuego, una suerte de secuela del universo Street Fighter que, con Jean Claude Van Damme en el reparto, se conociera allá por 1994.

Street Fighter: La Leyenda
martes 29 de septiembre de 2009
Basado en el popular videojuego, el film se centra en la figura de Chun Li, quien de niña ve cómo su padre es secuestrado. Diez años después, recibe la visita de un antiguo delincuente quien le revelará que su padre está en manos de un peligroso criminal, ofreciéndose a entrenarla para rescatarlo.La crisis del realismo y el rol del espectador en medio de tanta fantasía y tecnocracia -donde el elemento humano esta subvalorado- es una evidente tendencia que a nadie escapa. Un ejemplo valido de las nuevas posibilidades audiovisuales que brinda la tecnología, es el aunar estas disciplinas del entretenimiento y del ocio digital con, artísticamente hablando, el cine. Así pasaron por nuestros ojos realizaciones del mismo estilo donde Mortal Kombat (1995) y Resident Evil (2002), ambas de Paul W. Anderson fueron –sin demasiado aporte- quizás las más logradas, originales y recordadas de todas.El film es tan limitado en transmitir sus emociones y su vivacidad que la contagia irremediablemente a un elenco en su labor interpretativa en un relato insulso, timorato y desechable. Si la acción es el plato fuerte que sirve como gancho a los pochocleros seguidores, vale prevenir también a un público que sea exigente y menos banal en estas cuestiones: para colmo de males, la coreografía no es precisamente de las bien planificadas y su ritmo deja bastante que desear.La historia es, sin exagerar, ridícula de ser contada. Sin atisbos del espíritu y la mitología originales del juego, peca por ser superficial al evidenciar un penoso entendimiento del cine por parte de guionistas y productores que avalan este tipo de realizaciones formado por tópicos llenos de incoherencia propios de un cine trash dedicado a un publico bastante poco razonable en su afán consumista.Mas allá de su rotundo fracaso como obra cinematográfica, pasará rápido al olvido y atraerá a las salas, mayormente, a fanáticos incondicionales del videojuego, de los que seguramente muchos de ellos saldrán de la misma decepcionados. Absurda por donde se la mire, el buen gusto cinematográfico sigue pareciendo mucho pedir a estas alturas. Vivimos tiempos donde entretenimiento es mala palabra y donde la adaptación de un videojuego parece ya cosa juzgada y decepción de antemano. Y Hollywood en medio de tanta decadencia sigue girando.
2.0
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