Crítica de "Las siamesas", una road movie introspectiva de Paula Hernández

Clota (Rita Cortese) y Stella (Valeria Lois), madre e hija, viven solas en una casona de Junín. Stella recibe la noticia de que heredó dos departamentos de su padre en la costa y juntas emprenden un viaje para “poner las cosas en orden”.

Mientras Stella ve una oportunidad para independizarse, Clota siente que pierde a su hija para siempre. Ese viaje tal vez sea la última oportunidad que tanga cada una para desplegar todas sus armas y salirse con la suya.

Con Las siamesas (2020), adaptación del cuento homónimo de Guillermo Saccomanno, Hernández vuelve a trabajar sobre los vínculos y las relaciones de amor y odio en el seno familiar. En este caso, madre e hija, unidas por un lazo afectivo que les otorga cierta impunidad sobre las acciones que ejercen sobre la otra.

Si la tensión es el motor de una trama que va en constante crescendo hasta llegar a limites inimaginables, el duelo actoral entre Cortese y Lois es el combustible de un film cuya mayor parte transcurre dentro de un micro de larga distancia, semivacío, y con la única intervención de uno de los choferes interpretado por el tucumano Sergio Prina, que funciona como contrapunto entre dos personajes arrolladores.

Hernández, que vuelve a demostrar una fuerte solidez en la dirección de actores con personajes complejos, que siempre están al límite y a los que un paso en falso los puede hacer desbarrancar, logra con Las Siamesas, una película menos ambiciosa que Los Sonámbulos (2019), pero no por ello menos potente.

Mención aparte merecen Iván Gierasinchuk y Rosario Suárez, DF y Montajista, respectivamente, con un trabajo impecable y fundamental  en el resultado del film.