Dos pícaros sinvergüenzas

Yucatán

Daniel Monzón (El niño, Celda 211) deja de lado el costado dramático de sus producciones y la acción para acercarse por primera vez a la comedia y construir una historia de engaños y mentiras con el marco de un crucero de lujo como escenario principal de las desventuras del trío protagónico de Yucatán (2018), que puede verse en Netflix.

Yucatán
martes 26 de mayo de 2020
Protagonizada por Rodrigo de la Serna y Luis Tosar, en el relato del enfrentamiento de dos timadores que estafan a los pasajeros del barco en donde trabajan, se revisitan las clásicas buddy movies de robos en donde todo vale para quedarse con el botín y que además se valen del carisma de sus personajes principales para acercarse a los espectadores.En Yucatán se cuenta cómo Clayderman (Serna) y Lucas (Tosar) fueron en algún momento socios en el hampa. Las estudiadas estrategias con las que despojaban de sus bienes a incautos pasajeros se convirtieron en una salida “laboral” hasta que la llegada de Verónica (Stephanie Cayo) generó una división que nunca pudieron superar.Primero con uno y luego con otro, la bella corista, y también estafadora, impulsó un duelo continuo entre ambos, que terminó con la partida de Lucas hacia nuevos rumbos y la disolución de la sociedad delictiva.Pero así como al tigre no se le pueden borrar sus manchas, al ladrón de guante blanco, tampoco, por lo que en una nueva aventura en la que el objetivo será un reciente ganador de la lotería y su familia, sus destinos volverán a cruzarse.Yucatán recupera para la pantalla al cine de aventuras e intrigas a bordo de un barco de lujo, un mini Titanic en el que los deseos a flor de piel exacerban las emociones y en donde las posibilidades para la intriga, el suspenso, el romance y la acción son ideales.Daniel Monzón se ha visto todas las películas de este subgénero, que supo tener una infinidad de producciones allá en el Hollywood de antaño, y que en la puesta al día, donde los ex compañeros se miden y desean el mismo botín, se posibilita una escalada de acción que potencia el relato.La incorporación de coreografías, canciones, y la exploración del musical más cursi, además, le otorgan una dosis de kitsch que libera de exigencias a la progresión dramática, más cuando esa estafa anhelada puede terminar de venírseles encima sin muchas explicaciones.La dupla de la Serna/Tosar funciona casi a la perfección, en una propuesta que cuando se toma en serio aquello que narra zozobra en un mar de dudas y traspiés. Cuando Monzón deja que la hiperbolización subraye todo, es cuando Yucatán se permite jugar una de intriga internacional, tomando, además, elementos de otras propuestas y reivindicando clásicos del género de manera tangencial (Casablanca).En el arranque Clayderman dice al recibir a los pasajeros del barco “todo está perfectamente planeado para su exclusivo entretenimiento y diversión, así que despójense de sus inhibiciones, hablen con extraños y fundamentalmente admítanse disfrutar de este paréntesis en sus vidas, todo estará allí cuando regresen, el colegio, el banco y la hipoteca, todo” y los espectadores también lo sabemos, aunque queramos que el viaje dure un poco más, aun con sus irregularidades y sus problemas de “peluquería” en las caracterizaciones.
6.0
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