Piedra, papel y tijera

Jesús (Pablo Sigal) y Maria José (Valeria Giorcelli) son dos hermanos que viven en la casa que fuera de sus padres. Su padre acaba de fallecer y entonces llega desde España Magdalena (Agustina Cerviño), media hermana por parte del padre para ver los temas de la herencia y repartir la venta de dicha casa. Sin embargo, llegar a ese lugar significará el encierro de Magdalena pues un accidente la hará presa de sus dos hermanos que, dispuestos a ayudarla, en realidad están haciendo de todo para que ella no haga nada de lo que esta planeando. Magdalena ahí descubrirá las verdaderas maneras de ser de sus buenos medios hermanos y ella misma sacará a relucir todos los secretos de infancia que yacen bajo la sombra fantasmal de sus padres.Es interesante el ambiente que se genera con todos los personajes encerrados en un solo espacio y que sea lo mental, producto desde lo claustrofóbico, lo que genere el drama. Los hermanos perturbados de a poco van develando lo que son en realidad. La víctima que parece sana también tiene su lado oscuro y entonces todo se vuelve un cruce de personalidades. No se pueden negar las referencias a El bebé de Rosemary (Rosemary´s Baby, 1968) y también a Misery (1990), donde se respira terror con un personaje inmovilizado siendo la silla de ruedas un elemento de suspenso y los personajes muertos que parecen seguir presentes como entes diabólicos y, además, hacer de la ayuda un encierro y de los seres amigables el verdadero peligro. La idea infantil de tomar la figura de El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) como algo para ser usado en lo diabólico y de suspenso es también elocuente e inquietante. Se nota su raíz teatral (basado en la obra teatral Sangre de mi Sangre de Macarena García Lenzi) y las cuestiones que conlleva una adaptación como lo relacionado al espacio visual, presencia de la cámara, y el hecho de dejar la interacción de los personajes para su resolución. Ciertos momentos del drama que parecen mitigar, pero, no obstante, es su trio actoral lo más resaltante y una estética particular que muestran que al final cuando se desencadena todo en el ámbito familiar, no puede llegar nada más que la tragedia.