Crítica de "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, de José Luis Torres Leiva

María (Julieta Figueroa) y Ana (Amparo Noguera) conforman una pareja de años que como le sucede a la gran mayoría sufrió el desgaste de la rutina y el paso del tiempo. María recibe la noticia de que tiene una enfermedad terminal y pese a la recomendación de un tratamiento este solo extendería la vida un tiempo más. María rechaza la idea y Ana la acompaña en esa decisión. Juntas se mudarán a una cabaña en el bosque para recuperar lo que el tiempo les quitó mientras esperan que la muerte golpeé la puerta.

Torres Leiva se mantiene fiel a su estilo contemplativo para narrar una historia sobre la muerte y el dolor pero colocándose en el lugar opuesto al que uno podría esperar. En Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (2019) apela a un relato que combina la fábula con el realismo mágico, a Cesare Pavese (el título corresponde a unos versos que el poeta y novelista italiano escribió tras un desengaño amoroso antes de suicidarse en 1950) con Alejandra Pizarnik, a los miedos con las fantasías, al dolor con el amor y a la literatura con el cine.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos es la representación viva de la poesía a través de las imágenes, donde es más lo que se sugiere que lo que se dice, propia de un cine sensorial que se aleja de la narración clásica para poner en escena una historia sobre los miedos y el dolor cuando la enfermedad ha invadido todo el cuerpo pero también sobre la victoria en la derrota.