Tragedia conocida

Sumergidos

Imposible no pensar en el Ara San Juan cuando vemos la historia trágica de este submarino ruso que sufrió un destino similar, trama que se acopla a las películas de submarinos, que son todo un género en sí mismo, aunque también -como en este caso- lo es el cine catástrofe, géneros que conviven en el racconto de la tragedia que vivió el submarino ruso Kursk.

Sumergidos
lunes 24 de junio de 2019
La historia llega al cine de la mano de Luc Besson productor de la cinta y quizás, el más americanizado de los productores europeos. Este dato es importante recalcarlo porque la visión occidental anti Unión Soviética queda evidente en la tragedia que cuenta el film dirigido por Thomas Vinterberg (La celebración, La cacería).Sumergidos (Kusk, 2018) se toma un buen rato para contar la vida y relación del grupo de marinos que comanda Mikhail Averin (Matthias Schoenaerts) que se embarcará en el submarino. Este lineamiento argumental no tiene otro fin que anticipar la tragedia que vivieran luego y dejar atrapado al espectador en sus porvenires. Lo mismo sucedía en El francotirador (The Deer Hunter, 1978) y Apollo 13 (1995), ambas películas derivan en la catástrofe del grupo humano.Estos marineros tenían encomendado en 2000 realizar sendas pruebas de armas inutilizadas en el tiempo a bordo del K-141. Pero algo falla y la nave queda anclada en el fondo del mar con el oxígeno reduciéndose. A la espera de los grupos de rescate que se pelean por decisiones políticas (si los rusos reciben o no ayuda de occidente) queda relegada su esperanza.Mientras dentro del submarino se gesta la cofradía del grupo y sus convicciones propias del género de submarinos, por fuera se fortalece el melodrama acorde con la catástrofe a la que deriva el relato. Y en todo melodrama no tardan en subrayarse los buenos y los malos de la historia.En ese punto Sumergidos parece olvidarse de la historia y empeñarse en dejar como villanos a los rusos, tanto que termina molestando. El subrayado aparece en cada primer plano, miradas y movimiento para que cada espectador distraído no tenga dudas de quién fue el culpable de la tragedia bajo el mar. Este final con moralina convierte a este film en uno más del montón. Ahora, si tomamos el asunto en paralelo con el hecho acontecido en Argentina, la película parece tener mayor contundencia en su mensaje: los políticos solo se preocupan por la repercusión mediática del tema y no por el factor humano en riesgo.
6.0
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