Entre libertinos y libertinaje

Liberté

La búsqueda del placer por cualquier medio y la cruda belleza con que ello es puesto en escena es uno de los tantos logros de Liberté (2019), del catalán Albert Serra, estrenada en el 72 Festival de Cannes.

Liberté
Por alguna razón que se me escapa (a la que seguramente no es ajena la manera en que nos van acostumbrando a un cine exclusivamente narrativo, que se hace fuerte en la lógica causa-efecto, cuestión que se ha visto empeorada por el auge de las series) la experiencia indica que el cine de Serra no es para todos. Liberté se trata de una obra única, extraordinaria en el más estricto sentido de este término. Las más de dos horas de metraje nos acercan (nos hacen participar de, quizás sería más exacto) a la experiencia que no es la de estar en una orgía sino la de entrar al mundo de los libertinos, ese que nos remite a Sade y que en el cine hasta ahora no había tenido una puesta tan vívida, personal, auténtica y, queremos creer, realista (por lo menos en la impresión que genera. Es 1774 y en algún bosque entre Potsdam y Berlín, los libertinos expulsados por el puritano rey Luis XVI intentan congraciarse con el duque de Walchen para llevar el libertinaje más allá de la frontera. Filosofía que descree de límites morales y autoridades, mucho de esto hay en esta película sin dudas única, impar.
10.0
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