Justicia para nadie

Casos complejos

En su cuarta película, Omar Forero se mete con un tema de actualidad en el continente: el adoctrinamiento de jóvenes como sicarios por parte de bandas criminales, un sistema policial corrupto y un sistema judicial inoperante. Lo interesante radica en ciertas elecciones estilísticas que hacen de Casos complejos (2018) una propuesta que se destaca en la Competencia Latinoamericana del [21] BAFICI.

Casos complejos
sábado 06 de abril de 2019
El film de Forero empieza con una descripción de lo sucedido según la policía: dos sicarios asesinan a sangre fría a un vendedor ambulante a la vista de sendos testigos. Luego de una persecución uno de ellos es detenido mientras que el otro logra perderse en un maizal. Momentos después entra en escena el fiscal que tomará el caso y comienza su cruzada contra un sistema de justicia funcional a los criminales. La primera secuencia se narra con un tono humorístico y satírico que evidencia las torpezas y, sobre todo, la impericia de las fuerzas policiales. Se presenta todo con un nivel de seriedad y aplomo ridículo que deja al descubierto una gran sobreactuación por parte de las autoridades.La música, que comienza como extradiegética pero luego pasa a formar parte de la realidad del fiscal, le da fluidez al relato e introduce al otro protagonista. Se trata de un personaje que recuerda al abogado idealista que interpretaba Al Pacino en Justicia para todos (…and justice for all, 1979) de Norman Jewison o, si volvemos un poco más en el tiempo, al Jefferson Smith de James Stewart en Caballero sin espada (Mr Smith goes to Washington, 1939), un hombre desilusionado por el sistema que representa y que opondrá resistencia hasta el cansancio. Ese tono particular que logra el director en la primera parte se desvanece y se pasa a uno mucho más oscuro hacia la resolución de la historia. Sin embargo, Casos complejos es una película que no pasará desapercibida de la competencia.
7.0
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