El mundo es tuyo

François (Karim Leklou) sueña en convertirse distribuidor oficial de Mr. Freeze en Magreb. Esta vida que tanto anhela se rompe en mil pedazos cuando su madre no le quiere dar los ahorros que le guarda. Putin, el lunático de la ciudad, propone a François un plan en España para reinventarse. A estos se le suman un variado grupo de perdedores: un jefe de la ciudad, dos matones no muy listos que parecen vivir su vida como en un juego de PlayStation, un conspiracionista obsesionado con los Illuminati y una bonita chica árabe que nunca desaprovecha una oportunidad. Transportemos a este selecto grupo a la Costa Brava y añadamos a un corpulento escocés de acento cortante y jefe de una banda, algunos anteojos de sol de Gucci, diversas increíbles actuaciones en el karaoke de música de los 80, y un “solucionador” interpretado por el inolvidable François Damiens. Cuando todo el séquito se involucra, nada saldrá como estaba planeado.Con un argumento de sólida construcción narrativa y una puesta en escena ágil, que no da respiro, donde todo se vuelve cada vez más invosímil a raíz de una serie de situaciones  complicadas, El mundo es tuyo ofrece diálogos exultantes con un sentido del humor negro poco frecuente en lo que se refiere a los dialectos y las cuestiones migratorias. Gavras le escapa a la corrección política en todo momento apostando al humor para de manera indirecta reflexionar sobre política, religión, economía, raza, tecnología y el rol individual en una sociedad globalizada.Gavras logra una mordaz comedia sobre gánsteres mediocres, madres sobreprotectoras e hijos perdedores gracias al empleo de un humor sarcástico y un elenco de renombre que le saca el jugo a un guion hecho a la medida de cada uno de quienes lo integran.