Crítica de "El infiltrado del KKKlan", de Spike Lee, el color de la grieta

El mejor film de Spike Lee en años, sobre un grupo de policías que en la década del setenta se infiltra en las panteras negras y el Ku Kux Klan.

Crítica de "El infiltrado del KKKlan", de Spike Lee, el color de la grieta
miércoles 16 de mayo de 2018

Spike Lee cuenta el cuento del racismo en Estados Unidos una vez más, mediante una narración clásica con toques de humor, personajes estereotipados y un engañoso happy end. Basada en la novela de Ron Stallworth, la historia traza sobre el final un paralelo con la actualidad estableciendo una continuidad preocupante.

El asunto comienza cuando el policía afroamericano Ron Stallworth (John David Washington), encuentra en los clasificados una solicitud de inscripción al Ku Kux Klan. Llama por teléfono y sin develar su color de piel, se pone en contacto con la organización racista. En una descabellada conversación, el personaje pone en evidencia los ridículos motivos del racismo. Su compañero de origen judío Flip Zimmerman (Adam Driver) se hace pasar por él para alistarse en la organización que planea un atentado a las panteras negras, la organización revolucionaria afroamericana en la que se infiltra Stallworth.

El estilo descontracturado y cínico del director evita caer en la tragedia con el tema, tomando con humor las actitudes y conductas de la sociedad americana desde el gobernador que interpreta Alec Baldwin, pasando por los compañeros de la jefatura de policía de Stallworth. La época violenta y conflictiva se presenta con una estética vintage como si Spike Lee reviviera sus años dorados: música disco, peinados afro, y películas de explotación con Pam Grier. La tensión social se percibe en comentarios y actitudes de manera gratuita, como si emergiera de antaño.

Vemos al grupo de amigos del Ku Kux Klan ver y festejar cada asesinato de un negro en el clásico de David W. Griffith El nacimiento de una Nación (The Birth of a Nation, 1915), una película fundacional que marca la manera de ver y pensar la historia de Norteamérica, demostrando que el odio social está anclado en la cultura desde sus orígenes. La apertura de El infiltrado del KKKlan (Blackkklandsman, 2018) con Scarlett (Vivien Leigh) de Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind, 1939) caminando entre los cadáveres que dejó la guerra de secesión en Estados Unidos, funciona en la misma sintonía.

El carisma y rebeldía del personaje principal es fundamental para entrar en el clima planteado por el film. El tipo desafía la autoridad y sigue adelante a pesar de las negativa de sus superiores de quienes se termina ganando el respeto. Logra así convertirse en el héroe romántico de la película. Pero si el happy end no deja clara la tragedia, el director de Haz lo correcto (Do the Right Thing, 1989) abandona el cuento y se mete de lleno en la realidad con imágenes extraídas de la televisión sobre violencia cotidiana, mostrando los rastros de ese odio aún latente en la sociedad. Acto seguido Donald Trump minimiza los hechos sin tomar cartas en el asunto. La parodia de Alec Baldwin en el prólogo establece un paralelo directo con el epílogo.

Spike Lee realiza su mejor película en mucho años, como si toda su carrera hubiera sido una preparación para El infiltrado del KKKlan. Vuelve sobre los mismos temas de siempre pero encuentra aquí su mejor expresión cinematográfica para exponerlos. Es ese epílogo, violento y trágico, aquel que le da carácter de denuncia al film y lo eleva a una categoría superior.

9.0
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