La insoportable levedad del ser

La estacíon violenta

La estacíon violenta (A estación violenta, 2017), ópera prima de la directora pontevedresa Anxos Fazáns, adaptación libre de la novela homónima del periodista Manuel Jabois, aborda la desgarradora intimidad e insoportable levedad de la rutina en la miserable vida de tres personajes.

La estacíon violenta
lunes 23 de abril de 2018
Dos hombres y una mujer. Tiempo y espacio. Cinco elementos que aparentemente denotan simpleza pero que en profundidad pueden ser mucho más complejos de lo que suponen. Manoel (Alberto Rolán) es un joven escritor, adicto a unos cuantos vicios, que intercala sus intentos de retomar la escritura colaborando con un programa de radio. Su melancolía pesa en todos sus gestos, en sus movimientos y en las relaciones con el entorno. Junto a él, dos amigos de antaño, de una época mucho mejor, con los que se reencuentra: David (Xosé Barato), más dinámico y desenfadado, intenta quedarse con lo mejor de lo que tiene que vivir, y Claudia (Nerea Barrros), enérgica y briosa, pero visiblemente fracturada, intenta dejarse llevar para olvidarse de lo que que perdió.Manoel, David y Claudia vuelven a entrelazarse, recordando sus vidas pasadas, e intentando buscar una vía de escape. Desde las calles empedradas de Santiago de Compostela, en donde Manoel vive entre un departamento abandonado y la noche, dominio de su  dealer de confianza (Antonio Durán 'Morris'), hasta la costa soleada de las Rías Baixas, en donde los tres personajes (más el de la hermana de David) deciden compartir una casa de verano, la historia se suspende sobre los cuerpos del trío. El de Manoel y el de David intentan proteger al de Claudia, quien aún lidia con los problemas que le ha provocado su adicción a las drogas. La desnudez explícita de los tres encaja tanto con la vulnerabilidad de los personajes como con una trama impulsada por los sentimientos más íntimos y básicos.Es en el espacio que se extiende entre la piel de Manoel, David y Claudia en donde La estacíon violenta se despliega como un ejercicio de cine corporal, a lo que ayuda la decisión de filmar en 35 mm, dotando a la imagen de un grano casi tangible, y la importancia de la música en diegética, que de paso pone de manifiesto la vibrante y también joven escena de la música alternativa gallega. La estacíon violenta es el melancólico y quebrado retrato de tres personajes frágiles, sensibles y delicados, que supone que volvieron del abismo solo para volver a caerse en él.
7.0
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