Azougue Nazare

La trama de Azougue Nazare se desarrolla en los días previos al carnaval cuando el enfrentamiento entre los seguidores del Maracatú o ceremonia lúdico religiosa espiritual procedente de los tiempos de la esclavitud y de la negritud, y el integrismo religioso de las nuevas confesiones evangélicas, que todo lo tiñen de pecado y demonio, van dando paso a un retrato social muy poco esperanzador, empobrecido por la desigualdad, la falta de trabajo y la invasión confesional que sustituye la desesperanza en los políticos por el seguidismo del charlatán autoinvestido de sanador de almas. Melo no busca planos de alto impacto visual ni una puesta en escena de estructura decorativa, busca filmar la realidad tal cuál es, con cámaras tranquilas en el interior de las viviendas o en las conversaciones de pareja, dejando para el momento de la fábula religiosa el choque visual entre dioses apócrifos y paganos donde los paralelismos de la narración terminan situando a ambos en idénticas, y comprometidas, situaciones de riesgo y amenaza. Con aspectos cercanos al realismo mágico, Azougue Nazare es una historia ficcional que a medida que avanza se asemeja más a la realidad como consecuencia de su retrato etnográfico, antropológico y social del país actual.