Atrapados en los muros

Expiación

Tras haberse dedicado en sus últimos trabajos casi exclusivamente a explorar las posibilidades cinematográficas del soporte, en Expiación (2018), el director Raúl Perrone (P3ND3JO5, Cínicos) ofrece una obra madura, y narrativamente clásica, que atrapa y sorprende.

Expiación
jueves 19 de abril de 2018
En la propuesta hay una sólida intención por proponer, a manera de juego para el espectador, algunos indicios de por qué los cuatro protagonistas se encuentran encerrados en una vieja casona a punto de desmoronarse. El comienzo, con una lograda escena engalanada con un plano secuencia iniciado con travellings laterales, se contextualiza la época histórica -la previa a la dictadura cívico militar y al golpe del ’76 que marcó a fuego al país- en la que se desarrollará el relato.Dos personas desesperadas ocultan “materiales” que podrían ser no sólo confiscados, sino principalmente, culpables de cualquier señalamiento y posterior desaparición de sus dueños. A esas dos personas se le suman otras dos, una joven y un hombre con un sutil parecido a Rafael Videla, quien se encarga de llevar adelante la tarea dentro del film: amenazar al resto que, en apariencia, viven recordando hechos del pasado y a una mujer que ya no está.La casa, destrozada por el tiempo, es también el escenario presente de la vida de los protagonistas, y ella se refiere constantemente a la historia macro del país. Si en la planta baja aún la podredumbre se mantiene latente, pero no manifiesta, en el subsuelo el agua comienza a llevarse todo, a borrar aquellos pocos recuerdos sobre la identidad de cada uno de los protagonistas. Entre ambos espacios, sumado a la poesía de muchos de los diálogos enunciados con solemnidad y seguridad, pero con una asincronía con respecto al movimiento de los labios, Perrone reposa la mirada en lo dicho y lo no dicho. Con detalles mínimos enuncia una posición sobre el pasado y, a partir de la incorporación del personaje más joven del film -el de la hija, la sobreviviente de todos- manifestar la posibilidad de imaginar otro futuro.La casa posee una presencia notable. El espacio se realza a partir de una cuidada fotografía, que destaca fragmentos a partir de la utilización de luz, y esconde mucho más de lo que muestra para también desde allí generar sentido y tensión. Travellings, juego con texturas, superposición de imágenes, el descenso al infierno y el posterior ascenso a los cielos, el día y la noche, el recuerdo de la imposibilidad de dormir, el estado de vigilia permanente, la sutileza de la alarma constante como modo de vida, construyen sólo algunos de los elementos discursivos del relato.Expiación es una propuesta potente, que con reminiscencias de obras que analizaron el avance de la oscuridad en la vida de las personas, y con la convicción de poder narrar el pasado pensando en el futuro desde el presente, sorprende por la posibilidad, principalmente, de reconocer en su resultado un Perrone que se reinventa para generar una película madura y de gran solidez narrativa.
8.0
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