The First Lap

La película de Kim Dae-hwan se centra en esta pareja de treintañeros que llevan 7 años juntos y comparten casa (no sólo eso, están por mudarse de nuevo) pero todavía no se casan ni tienen hijos, y en lo que sus padres respecta, eso es todo lo que importa. Quizás sus preocupaciones no están sin fundamento - Su-hyeun (Hyun-Chul Cho) en particular parece estar atascado en la vida. Todavía no se recibe y su mayor preocupación es si adoptar un gato o no. Es una de esas personas para quien hasta las acciones más básicas se complican insospechadamente, como apagar el celular o estacionar un auto sin perderlo.De repente, un balde de agua fría: puede que Ji-young (Sae-byok Kim) esté embarazada. Esto desencadena sendas visitas a sus padres. Primero van a los de ella: mientras su padre interroga de manera discreta e indirecta a su yerno (Su-hyeun ni se entera), probando motivarlo, su madre la llena de recriminaciones egoístas: todo éxito en la vida de su hija tiene la función de adular la suya ante sus amigas, ¿y qué va a presumir si todavía no se casa ni tiene hijos? Por otra parte Ji-young aún no conoce a los padres de su pareja. Hay un buen motivo.The First Lap podría haber sido una película engorrosa, tan recalcitrantes son los padres de la pareja protagónica, a quienes casi ni vemos interactuando con colegas o amigos de su edad. Pero a lo largo prima una atmósfera de tranquilidad y ecuanimidad, nutrida por la energía cómoda y doméstica entre Su-hyeun y Ji-young. Se parece un poco en cuerpo y espíritu a El mejor lugar del mundo (Away We Go, 2009), sobre la pareja joven más simpática y amable del mundo, y la decepción que se llevan con la esfera de adultos engreídos que debería estar apoyándolos.Sencilla y efectiva, la película retrata convincentemente un momento particular en la vida de sus protagonistas – sus temores, sus inquietudes, la presión que los rodea y el apoyo incondicional que existe a veces invisible entre ellos. No resuelve todos los recursos que introduce prolijamente pero da a entender más que suficiente. En sus últimos momentos la película haya una metáfora para su relación con el mundo que quizás sea un poco obvia pero al cabo de todo bien merecida.