Hyde & Seek

Madame Hyde

El director francés Serge Bozon reinterpreta libremente la novela El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886) de Robert Louis Stevenson bajo el nombre de Madame Hyde (2017) y con la actriz Isabelle Huppert a cargo del papel doble. El resultado es un ensayo intrigante y confuso sobre la relación de amor y odio entre el docente y el estudiante.

Madame Hyde
domingo 19 de noviembre de 2017
Aquí la seminal obra de Stevenson es más que nada un disparador, y sería erróneo criticar a Madame Hyde sobre cuestiones como la fidelidad hacia el texto original. Lo que la película está interesada es en tomar el mito de la escisión moral en el ser humano; que la protagonista (Huppert) se llame “Géquil” es apenas un guiño.Madame Géquil enseña física en un liceo francés, o al menos eso intenta, pues no tiene ni la atención ni el respeto de sus alumnos, que se pasan las clases burlándose de ella hirientemente. La escuela - representada por su director, interpretado por Romain Duris - se desentiende de sus problemas, mientras que su marido ofrece consejos ingenuos e inútiles. Así hasta que un día Géquil se electrocuta accidentalmente en su laboratorio, y su personalidad - mejor dicho, su actitud - hacia sus estudiantes y la vida en general va cambiando de a poco.Géquil comienza a dominar a su clase y en particular a su estudiante más problemático, el lisiado Malik. Comienza por apartar a sus alumnos con tareas particulares y emplear más práctica que teoría, engatusándolos con problemas que en principio parecen sencillos pero requieren soluciones insospechadas. Se convierte en una buena maestra, en definitiva, inspirando a sus alumnos e instigando el pensamiento crítico. ¿Pero qué pasa de noche? Géquil camina sonámbula por la ciudad, envuelta en un fuego incandescente: todo lo que toca se consume en llamas.Estos pasajes nocturnos son uno de los caprichos más inexplicables de la película. La respuesta tentativa es que no deben ser explicados, que representan augurios del inevitable quiebre de Géquil, pero no parecen seguir ninguna lógica ni tienen una correlación evidente con el resto de la película. La tesis parece ser que el sistema educativo está condenado a un ciclo vicioso de maestros que vacilan entre el odio y el amor hacia sus estudiantes más destacados, los cuales tarde o temprano toman su lugar como educadores frustrados. Cómo se suman todos los factores de la película para llegar a esta conclusión está más allá del interés del director.Se destacan las actuaciones de Huppert, una actriz idónea para este tipo de papeles porque su técnica suele ser canalizar emociones que exceden sus personajes (genial la escena en la que se va descomponiendo en plena lección), y Romain Duris, excelente como el vanidoso y fatuo director de la escuela. Pasan la totalidad de la película a punto de robarse cada uno la escena del otro.Madame Hyde es incómoda, inquietante e intrigante, y cabalga sobre dos actuaciones magistrales, pero la historia está diseñada en torno a una ambigüedad frustrante, no termina de cerrar y el final es tan abrupto como decepcionante.
6.0
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