Okja

Diez súper cerdos creados genéticamente fueron dados hace diez años a los mejores granjeros del mundo, distribuidos estratégicamente para darles un contexto natural y no sean considerados “de laboratorio”. La idea detrás es un mega negocio porcino que abarata costos y genera múltiples ganancias. Sucede que Midja (Seo-Hyun Ahn), la nieta del granjero que crió a Okja, la super cerda de Corea del Sur, se encariñó con ella y hará lo imposible por rescatarla de la corporación internacional que la lleva a Nueva York, a exhibirla primero, y a sacrificarla con fines alimenticios después.Como en The Host, el conflicto trillado y visto infinidad de veces en otras películas del género (Liberen a Willy por ejemplo), es una excusa que el director coreano toma para hacer una crítica cínica a la sociedad actual. Desde la lógica capitalista del consumo, con el sistema de producción fabril en el matadero, o la super cerda destrozando el centro comercial en Seúl, hasta el show mediático que disfraza y justifica accionares de la empresa, demuestran el tono incompatible entre los sentimientos humanos y los negocios multinacionales. En el show aparece Lisa Miranda (Tilda Swinton, quién también interpreta a su hermana gemela Nancy), y el histriónico amante de los animales Johnny Wilcox (Jake Gyllenhaal, otra vez demostrando que es un gran actor). Su oscuro ayudante es Frank Dawson (Giancarlo Esposito, de la serie Breaking Bad).Como contraparte a las corporaciones hay un grupo organizado que defiende los derechos de los animales y actúa al modo terrorista. Comandados por Jay (Paul Dano), tratan de interceptar a Okja de la corporación Miranda y denunciar sus oscuros intereses. Este grupo que se presenta como los buenos de la película, también es parodiado, por ejemplo uno de sus integrantes está siempre por desmayarse porque no come ningún tipo de alimento por cuestión de ideales. Entonces tenemos por un lado la fundación que “vende” por televisión una evolución para la humanidad, detrás de ella está la corporación que promulga un negocio alimenticio y contra ella, el grupo extremista de vegetarianos que intentan detenerla. En el medio la niña Midja y su amor por Okja, su mascota de toda la vida como el único vínculo puro en medio del conflicto de intereses escenificado con una extraña farsa social que no suena tan descabellada en su comparación con la realidad.Okja (2017) es una gran película. Sin ser una obra maestra utiliza las reglas del género y un vital entretenimiento para desarticular lógicas sociales propias de la sociedad de consumo. Y lo hace con humor, sentimiento y encanto, en una historia tan divertida como inteligente.