La locura tiene cara de mujer

Mío o de nadie

Mío o de nadie (Unforgettable, 2017) trabaja con las familias ensambladas y mujeres que comienzan una nueva vida acompañando a sus hombres y sus descendencias como temas, en el debut tras las cámaras de la productora Denise Di Novi, quien intenta poner al día los thrillers en los que la obsesión de una mujer por la felicidad de su expareja, termina convirtiéndose en una sangrienta venganza.

Mío o de nadie
martes 25 de abril de 2017
La víctima en esta oportunidad es Julia (Rosario Dawson), una emprendedora exitosa, que decide dejar su plataforma narrativa, uno de los booms de internet, para vivir junto a su pareja (Geoff Stults) y la hija de éste. Julia desconoce la tragedia que tras esta nueva vida se esconde, siendo acosada por la ex de su pareja Tessa (Katherine Heigl).El guion busca en el flashback y racconto su verosímil, comenzando con el casi desenlace de la historia para luego volver en el tiempo y narrar cómo es que la protagonista llegó a una comisaría a responder por un crimen.La contrincante, Tessa es construida hábilmente como una obsesiva por el orden y la limpieza, la que, a diferencia de Julia, pasa las horas de su día entre cremas y espejos, entre la comida orgánica y el ejercicio, entre el exagerado cepillado del cabello de su hija, algo que la pinta desde la primera escena como la maniática en la que luego se convertirá.Durante toda la primera etapa Mío o de nadie juega con los climas a partir de la música, una banda sonora que posiciona a los personajes en la posterior confrontación. Mientras las atmósferas se van generando, la creciente tensión entre las mujeres va construyendo la experiencia discursiva hacia un lugar previsible y sin nuevos giros, tan solo aggiornando el acoso y la obsesión de Tessa por el whatsapp y el facebook.Si en Atracción fatal (Fatal Attraction, 1987), de Adrian Lyne, la biblia para este tipo de películas de acoso sentimental, una amante era la que molestaba al hombre que había engañado, acá ese halo de culpabilidad se corre al proponer a una mujer despechada como el foco de infinidad de mentiras y engaños. El proceso que se hace con la mentira es justamente el pivote en el cual el argumento busca el entretenimiento, otorgando al espectador la posibilidad de ser el juez del asunto.Y en las múltiples referencias a la película anteriormente mencionada (hámster en vez de conejo, llamados a toda hora acosando, etc.) el film construye un verosímil que nunca termina por consolidarse, quedando a medio camino lo que bien podría haber sido una puesta al día de este subgénero.Las protagonistas hacen lo que pueden con sus personajes, sabiendo que en el duelo final, esperable, predecible, habrá una posibilidad de disfrutar y hasta jugar al melodrama (agarradas de pelo, cachetazos, arañazos), con escenas que también remiten a lo que espera el espectador en estos productos.Lamentablemente el resultado es dispar, y más allá de algún momento en el “catfight” que impone el plus a la producción, la previsibilidad del guion (de manual) y la resolución rápida de algunos conflictos no hacen otra cosa que sumergir el producto en lo más profundo del tedio. Atentos a la incorporación de Cheryl Ladd como la madre de Tessa.
3.0
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