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Crítica de "Life: Vida inteligente": Durmiendo con el enemigo

Un impasse en la producción de películas aún no determina al “enemigo”, debatiéndose si serán mexicanos, latinos, rusos, chinos -o quien sabe quién- el nuevo foco del odio y racismo fílmico propagandístico de la era Trump. Mientras tanto Hollywood vé nuevamente en el espacio y los “marcianos” la amenaza latente.

Crítica de "Life: Vida inteligente": Durmiendo con el enemigo
jueves 23 de marzo de 2017

Así es como una propuesta como Life: Vida inteligente (Life, 2017) reaviva la pasión por películas en las que el infinito y el más allá enmarcan un relato donde el profesionalismo de los protagonistas, una serie de científicos y astronautas, está acosado por un ente extraño al grupo, que diezma el lugar en el que se encuentran, sin posibilidad de escapatoria.

El director Daniel Espinosa es el encargado de conducir los destinos de la Estación Espacial Internacional, en la que seis pasajeros de diferentes orígenes, interpretados por Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada, Ariyon Bakare y Olga Dihovichnaya, ven cómo su suerte cambia de un momento a otro al "despertar" Calvin, un organismo "marciano" al que logran dar vida dentro de la nave e intenta apoderarse de la embarcación de manera sangrienta.

El guion de Rhett Reese y Paul Wernick posee todos los lugares comunes del género, apoyándose en Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979) para sentar las bases. Esto se traduce en una película con un relato de manual clásico en el que la tensión va in crescendo a medida que los minutos pasan, junto con la desesperación por encontrar una solución a la invasión de la nave y las muertes que comienzan a sucederse, marcando así el ritmo del relato.

Aunque el estereotipo de los personajes suma aún más convencionalismos a la historia, estos también son los que generan el placer por el género en el espectador. Uno que arriesga todo sin pensarlo, la voz de la conciencia, la capitana que dejará todo antes que su tripulación muera, el sigilo y la concentración de una mujer que ante los hechos que comienzan a sucederse prefiere esperar y defender la nave y la misión por encima de todas las cosas, son solo algunos de los actantes de esta tragedia.

A pesar de sus convencionalismos y clichés, y gracias a la espectacularidad de las imágenes, Life: Vida inteligente va convenciendo de su verosímil inverosímil, manteniendo durante algo más de hora y media la expectación sobre los hechos que suceden en la pantalla sin evitar mostrarse similar a muchas otras propuestas.

El despliegue visual suma, al igual que la verdad en las actuaciones, principalmente de Jake Gyllenhaal y Rebecca Ferguson, los encargados de llevar adelante el relato en su mayor parte. Espinosa hábilmente va brindando en pequeñas dosis los desencadenantes de la acción, permitiendo que los efectos visuales y una banda sonora impactante refuercen las ideas principales de pérdida y búsqueda que apuntalan la película.

Se puede criticar cierta indulgencia con algunas figuras centrales, pero también es verdad que para que el relato funcione eso es necesario y en el fondo un dato menor. Lo que importa es que esa inmensidad que enmarca la historia termine, de alguna manera, por expulsar al otro y sumar en tensión, conflictos y detalles para que el espectador continúe atado a la butaca queriendo conocer la resolución de la historia.

7.0
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