El corazón del cine

Días de lluvia

Días de lluvia (2015) es película que consigue captar lo primordial de la imagen cinematográfica a partir de vivencias íntimas de su directora, Flavia de la Fuente. Con una duración de apenas 45 minutos consigue mostrar con recursos simples y detalles, la belleza, el amor, la melancolía y emociones que sólo el cine nos puede hacer descubrir.

Días de lluvia
miércoles 04 de noviembre de 2015
Las imágenes elegidas por De la Fuente para representar su mundo están guiadas por un diario escrito por ella que narra la evolución de su película, orientando los sentidos del espectador, pero sin invadirlos totalmente. La palabra de la directora está allí en pantalla para ser leída, no se la escucha, y así se genera una intimidad que seduce, casi como un hechizo.La película se dedica a envolvernos y apenas lo percibimos. ¿Es la imagen, es la palabra, es la música, el sonido? Hay una manera de trabajar sobre su intimidad que resulta natural al ser mostrada. Lo que ella cuenta en su diario son pensamientos, pero nosotros no podemos verlos, aún así De la Fuente los busca y nos los muestra: en las gotas de la lluvia golpeando sobre el techo, en la mirada asustada de su perra Solita, en la luz de la ventana que entra por su cuarto.El cine es su espejo, porque ella escribe en el diario sobre otros cineastas, como Antonioni, que sin querer aparecen una y otra vez en su búsqueda. No son casualidad sus nombres, son inspiraciones. No hay que irse muy lejos o conseguir equipos caros y mucha gente para hacer una película nos dice claramente este interesante mediometraje. Lo que lo hace posible es producto del deseo y el amor por el mundo que rodea a la directora: su esposo, su casa, sus perros, el cine. Lo rebuscado no le interesa a la directora: su guión es su mirada sobre su mundo.Días de lluvia es un documental muy personal y resulta un hallazgo. Desde un manejo técnico amateur y con un impulso experimental nos traslada a los orígenes y a repensar el séptimo arte: el valor de las imágenes, de las palabras, de los sonidos. Por otro lado, el uso del tiempo presente para narrar realza esa característica que tiene la imagen de cine de ser el presente continuo, aunque también es un documento, como el diario, que perdurará en el tiempo y que luego no trasladará al pasado. Solo el cine tiene esa magia.
9.0
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