General Pico

La chatura y espesura de la ciudad son filmadas por la cámara de Lingiardi a través de planos cortos y fijos que se montan alternadamente, sin ningún tipo de diálogo ni agregado sonoro más que el ambiente. General Pico tiene su origen en el festival de cine realizado en la ciudad homónima en junio pasado donde el cineasta, que presentaba en competencia su trabajo El misterio del conflicto (2015), comenzó a filmar la ciudad que luego se convertiría en el centro de su nuevo documental.Casas, personas, plantas, paredes pintadas, un teatro, una plaza, algunos negocios, cosas y muchos perros servirán para construir un relato que intenta mostrar una ciudad a través de los ojos de un cineasta. Aunque en realidad Lingiardi crea una ficción dentro un documental donde todo lo que se muestra es desde la perspectiva de un perro al que se le otorga la facultad de ser el protagonista absoluto que llevará adelante el punto de vista del relato. Todo lo que vemos en General Pico es desde la visión del perro, y eso se nota en la forma en que Lingiardi decidió poner la cámara para encuadrar, en un contrapicado permanente como si fueran los ojos del animal los que estuvieran mostrándolo todo. De tono experimental, con cero pretensiones estéticas y narrativas, y con una lógica de ensayo sobre la ciudad y los perros que la habitan, General Pico es el documento vivo (y cinematográfico) de una ciudad más pero también única.