Volver al pasado

Rabo de Peixe

Los portugueses Joaquim Pinto y Nuno Leonel regresan al cine con Rabo de Peixe (2015), película sobre un pequeño pueblo pesquero de las islas Azores que también puede leerse como una precuela biográfica de ¿Y ahora? Recuérdame (2013).

Rabo de Peixe
lunes 14 de septiembre de 2015
Rabo de Peixe fue filmada entre 1999 y 2001 con un destino televisivo. Más de diez años tuvieron que pasar para que el binomio de directores montará nuevamente el material y los transformara en un documental sobre el pasado y la nostalgia.Leonel y Pinto van a pasar las fiestas de fin de año al pequeño poblado de Rabo de Peixe. Ellos ya conocían a Artur, cuya hija está casada con Pedro, un pescador. Lo mismo que su hermano gemelo, Manuel, y la gran mayoría de los hombres que aparecerán en la película. Esa suerte de cadena los llevará a mezclarse con ellos para filmar una película sobre la pesca comercial a pequeña escala. Actividad que hoy es prácticamente inexistente, al menos en la región de Rabo de Peixe, donde el oficio se industrializó. Los directores comparten el manejo de la cámara con los lugareños en una muestra de fascinación y confianza mutuas, capturando, a menudo con un estilo amateur, sus rutinas y dramas cotidianos, desde los rumores del hundimiento de un barco hasta otras historias diarias que conforman el hilo narrativo de Rabo de Peixe. A pesar del realismo de estas personas (y de sus duras vidas), a la vista de ambos parecen dotados de una presencia mítica. Mientras uno los relaciona con héroes ficticios, otro lo hace con dioses y delfines.Rabo de Peixe es un film etnográfico atípico puesto que combina la estética documental tradicional con algunas experiencias y recuerdos personales de ambos cineastas como la casa que alquilaron, el perro que adoptaron, las visitas que recibieron, y finalmente su decisión de quedarse en Rabo de Peixe. La construcción narrativa para contar una historia mínima es notable. Lo hacen como si tratáse de una ficción, con un crescendo dramático pocas veces visto en este tipo de films. El tono es nostálgico pero mucho menos pesimista que el utilizado en ¿Y ahora? Recuérdame para documentar un estado de fascinación que sorprendentemente duró más de lo esperado.
8.0
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