Los Lemmings contraatacan

Casas, Cucurto y otros autores argentinos leen de sus libros, responden preguntas, charlan con el público. Casas se explaya sobre lo que significa ser argentino, la farsa del nacionalismo y cómo sus recuerdos y nostalgias forman un correlato objetivo que se convierte en la materia prima de su poesía. Hacia el final se les une Viggo Mortensen, cuya editorial (sí, fundó una editorial) Perceval Press compiló sus poemas en la “Antología de la Nueva Poesía Argentina” allá en el 2009.Si todo esto les suena a un documental medio de facto – además de oler a proyecto de vanidad – entonces medio que lo es. También es entretenido. Fabián Casas claramente se está divirtiendo a lo largo de todo el rodaje, y contagia la diversión. Lo vemos subiéndose al escenario de Niceto Club acompañando a bandas como El Mató a un Policía Motorizado o 107 Faunos. Lo vemos pavoneándose entre conferencias de prensa. Lo vemos al final de la película, fumándose un cubano en la terraza de casa mientras Viggo lava los platos.El documental de Edmundo Bejarano dura poco menos de una hora. Como introducción a la literatura (tanto de Casas, la figura central, así como de un selecto canon generacional) funciona bastante bien, informando y entreteniendo y capturando el espíritu lúdico y relajado de los artistas que retrata. “Acepta tu destino y trata de hacer lo mejor posible con eso,” dice Casas al final. La película lo ha seguido al pie de la letra.