El mercado

El mercado (2014) viene a narrar la historia del edificio emblemático pero también a su gente, su barrio y su particular característica popular. Siempre con el humor y cariño que Frenkel sabe trasmitir al retratar a cada personaje. Uno se ríe de sus defectos que a la vez los hacen más humanos y entrañables. Personajes populares, los ancianos que vivieron la época del mercado proveedor, y los personajes que deambulan el Shopping o paran en los confines del barrio.Es interesante el tratamiento del mercado que hace Frenkel. Evita en todo momento de ponerse en el lugar de “antes era mejor o peor”. Él construye la anécdota de transformación con afecto, respetando al edificio más allá de su símbolo en cada contexto de época. Incluso reposando su significado en el valor que tiene para cada persona que lo habita.En ese habitar está el trabajo sobre el espacio. El relato irá desde afuera hacia adentro (del barrio al mercado) y desde adentro hacia afuera (del Shopping hacia sus alrededores). Este recorrido evidencia la relación de los vecinos con el lugar, y no al revés, marcando un espacio de sentido social.Porque el documental hace hincapié siempre en la gente, como en Construcción de una Ciudad (2007) con la Ciudad de Federación de ejemplo, aquello de mayor valor para el director. Lo popular que convivía en el viejo mercado proveedor (hasta 1983 cuando se traslada al Mercado Central) y que continúa en el barrio, y lo popular de los trabajadores del Shopping o de su habitante crónico, que pasa sus horas ahí dentro. Pero será siempre lo popular, la clase media que visita el lugar para consumir queda fuera de la observación de la cámara.En El mercado el personaje principal es el edificio y no un ser humano determinado, por eso el film tiene mayor carácter descriptivo que anecdótico. Sin embargo, no deja de tener ese ritmo, humor, y frescura que Frenkel sabe imprimirle a sus trabajos.