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Las analfabetas

La ópera prima del chileno Moisés Sepúlveda una transposición de la obra teatral de Pablo Paredes. Las analfabetas (2013) se concentra en dos mujeres, con diferentes edades y conflictos pero con la misma necesidad de comunicarse con el otro.

Las analfabetas
domingo 17 de noviembre de 2013
Paulina García (consagrada en el último Festival de Berlín por su actuación en Gloria, 2012, de Sebastián Lelio) es Ximena, una mujer que a sus cincuenta y pico de años esconde su analfabetismo, tan sólo revelado a una lectora de diarios y amiga que, por motivos que el guion no explicita, ya no ve más. Pero su carácter tosco e iracundo nos lleva a suponer que hubo una pelea y un portazo final. Hasta que un día llega a su vida una joven maestra desocupada, Jacqueline (Valentina Muhr), hija de aquella. La recién llegada se predispone no sólo a retomar el trabajo de su madre, sino a hacer algo más: enseñarle a Ximena a leer y escribir. Tarea nada sencilla; primero, porque habrá que convencerla; segundo, porque como en todo proceso transferencial llegarán a la superficie abruptos estallidos de violencia, confesiones y temores varios.Con el correr del metraje se hace evidente que Las analfabetas fue, antes que un film, material escénico. Sepúlveda (también guionista, junto a Paredes) sale al exterior en no pocas secuencias, dialécticamente útiles para señalar que la incomunicación de Ximena es íntima pero también social. Puertas adentro, la clave más potente a nivel dramático está en una carta que le escribió su padre cuando era niña y que, claro está, ella no pudo leer nunca.El eje del guion está sustentado esencialmente por un esquema muy explorado en el cine: el vínculo entre personalidades diametralmente opuestas que, con el devenir de la historia, muestran necesidades afines. Desde esa perspectiva, el relato es más disruptivo respecto a la materia biográfica de Jacqueline, lo que lo vuelve menos predecible y más sensible; el espectador debe completar varios espacios y así llegará a comprender por qué decide internarse en ese espacio que le ofrece tanto displacer. Las analfabetas consigue conmover, merced a dos actuaciones efectivas pero no efectistas, que en un espacio reducido transmiten desbordantes mundos interiores. García y Murh; ya habían interpretado a sus personajes en el teatro, y aquí sus trabajos se potencian a través de una puesta detallista, que se detiene en las miradas, en los gestos. Minimalista, sí, pero no diminuta.
7.0
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