Todas las caras de un viaje ancestral

Vrindavana

Vrindavana (2010) es un documental de observación arrojado al desafío de retratar, en el ensamble de múltiples instantáneas cotidianas, un fragmento de la vívida realidad India. Despojado del velo omnipresente de un narrador, el film hace desaparecer la voz en off, registro sonoro habitual del género, para dar lugar a una experiencia sensorial y a un efecto de copresencia entre el público y lo proyectado.

Vrindavana
martes 09 de julio de 2013
Son varias las formas de encarar la filmación de un documental. En un pequeño poblado al norte de la India, desembarca un grupo de realizadores argentinos, con Ernesto Baca liderando la dirección del proyecto. A decir verdad, nada de aquel desembarque se muestra en el film, nada de ellos será visto u oído. Ni la sombra del cameraman, proyectada a contraluz sobre una pared, ni la voz interpelante del entrevistador, sustrayendo información sensible a algún lugareño. Sin decirlo, esto trata de una declaración de principios, una toma de posición, que busca reducir, hasta lo inevitable, el poder de su presencia sobre el estado natural de su protagonista: el pueblo indio, su cultural y su ciudad. El documental parte de la idea de experimentar el registro de un viaje por Vrindavana, donde la vida cotidiana de sus habitantes late al compás de los cánticos religiosos, las peregrinaciones escoltadas por carruajes y los ritos en adoración a la deidad Krishna. Sin voces testimoniales que demuestren una selección intencionada del relato, el recurso fundamental del film radica en una concatenación de imágenes de trabajadores indios que trasladan pastizales, guían rebaños de ovejas, se embellecen en peluquerías y danzan a la veda del río Ganges.Dueño de una fuerza inexplicable, el film labra con delicada sensibilidad una hilvanación infinita de imágenes sobre la energía vital de una tierra lejana y casi metafísica. La preciosidad de los encuadres demuestra la destreza técnica de Ernesto Baca y su equipo, por capturar lo bello en la fugacidad constante de las acciones y, a la vez, por la lisérgica recomposición visual y sonora de lo real, en una aproximación a la secuencia animada del fotomontaje, a las tonalidades de las artes plásticas y al hipnótico montaje musical de ruidos. Trátese de un creyente, un practicante olvidadizo o un acérrimo descreído de la fe, todos podrán recibir idénticas dosis de placer como público. La propuesta estética y narrativa de Vrindavana abre el juego a una diversidad de lecturas pausible en la conexión perceptiva de cada espectador con el retrato natural de la pantalla. Si bien lo espiritual es la temática articuladora de Vrindavana –cualidad cultural y religiosa central en la India- también se destaca por su valor experimental en el cine conceptual contemporáneo. Abandona el documental pedagógico para dar paso al documental cinematográfico, lo cual la constituye en una materialidad autorreflexiva del séptimo arte. Siendo la lógica de la selva la más ilustrativa para comprender el funcionamiento voraz de la industria cinematográfica, donde la balanza siempre favorece a los más aptos, qué lugar le quepa al cine experimental en la trifulca vigente. Vrindavana es un documental que, por la originalidad de su propuesta estética y narrativa, se topa con el infortunio de tener escaso tránsito por las grandes carteleras. Así, en medio de este desbarajuste de fuerzas, la proyección del film –todos los martes de julio a las 20 hs. en el Centro Cultural Borges (Viamonte 500)- es la oportunidad para quien le interesa un tipo de cine que, más allá de la cartela de espectáculos, sea una experiencia en sí misma.
8.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS