Carpe Butoh

Butoh

Ésta no es una película sobre el butoh (forma de danza conceptual japonesa). El butoh es solo una de las facetas de la artista Marie Louise Alemann, quizás aquella que por metonimia habla de su particular modo de mirar al mundo. “El mundo de afuera no existe,” declara ante cámara, “yo tengo que investigar para adentro”.

Butoh
sábado 13 de abril de 2013
Butoh (2013) estará dirigida por Constanza Saenz Palacios, pero en la práctica es el autorretrato de Marie Louise Alemann. La película comienza con una vieja cinta de 8mm, una home movie que describe el departamento de Alemann: colchones tirados en el piso, máscaras noh colgando de las paredes, espejos ubicados en ángulos extraños, decoraciones con abanicos y parasoles. Luego, por arte del montaje, Alemann envejece frente a cámara (habiéndose filmado a lo largo de los años, hasta cumplir 85) y se dispone a contar su historia.Alemann fue parte del movimiento de happenings que se dio en la Argentina en los ‘60s y ‘70s, instancias de arte instantáneo que ya en la época describía como “passé”. Lo componían artistas performáticos de la calaña de Claudio Caldini, Narcisa Hirsch y Walter Mejía. Sus filmaciones de juegos y experimentos componen el grueso de la película, aquí reunidos sin duda a modo de tributo.“La sala siempre llena y la gente sin entender,” ríe Alemann. Las filmaciones de estas performances son viejas, sucias y arañadas, y se ven acompañadas por una ominosa música que parece sacada de alguna cinta de ciencia ficción de serie B. El efecto es hipnótico. Por ejemplo, hay imágenes documentales del destacamento de artistas erigiendo un esqueleto hecho de huesos humanos a la salida de una proyección de Blow Up (1966) y tapándola con comida para que la audiencia lo canibalice a la salida. Retazos de una obra de danza butoh, retratos algo terroríficos de máscaras noh. E incluso un making of secreto hecho en el set de Fitzcarraldo (1982).De alguna forma, la directora Constanza Saenz Palacios hace propio este autorretrato ajeno, armando un digno tributo de sesenta minutos en los que sin duda ella misma se ve reflejada. La película presenta un excelente vistazo a la obra y mundo de Marie Louise Alemann. Su filosofía de vida no parece ser mucho más compleja que vivir bajo las normas de un carpe diem juguetón, de los que desencadenan aleatoriamente momentos de epifanía y comunión con uno mismo y/o la naturaleza. Los resultados son fascinantes.
8.0
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