Relato apocalíptico en medio la nieve

Z.U.G.A.

Curioso es el caso de Z.U.G.A. (2013), film argentino de Eduardo López López que adscribe a un género poco usual para el panorama nacional: la ciencia ficción. Se trata de un sólido trabajo técnico que requiere un espectador paciente.

Z.U.G.A.
viernes 12 de abril de 2013
Z.U.G.A. nos presenta una historia centrada en el derrotero de Hooki (Belen Blanco), joven rescatista que vive en un paisaje gélido, rodeada de nieve. Sus días, podemos intuir, transcurren en una soledad que ya le es habitual. La tecnología parece ser la única compañía en la pequeña habitación que ocupa. Hasta que un día hay un pedido de auxilio (desde una pantalla) y la joven debe comenzar a actuar. Y precisamente es allí en donde López López instaura la tensión; en la lenta y progresiva búsqueda de un indicio que lleve al personaje principal hasta su meta.De modo que sí: estamos frente a un film de ciencia ficción y de aventuras. No obstante, debemos reponer que la aventura es la búsqueda en sí misma, a la que el realizador le impone un aura de misterio que apunta más a una incidencia emocional (en el personaje y en espectador) que a la construcción de un relato lleno de pistas y engaños. La latencia, la tensión, el drama interno de Hooki; todo se resume en una detallada construcción espacial que juega con los contrastes de una paleta de colores en donde, claro, prevalece el blanco. Pero también hay rojos intensos y muchas sombras.Entonces, lo que Z.U.G.A. le ofrece al espectador es una experiencia cinematográfica casi pictórica, en donde los movimientos de cámara se asemejan al pincel de un artista plástico. Una imagen se reitera y compendia las ansias de libertad de este personaje al que no le conocemos la voz (ella solamente escucha una grabación que, por momentos, puede resultar exasperante): se trata del movimiento de la joven esquiando. La sensualidad, la belleza del movimiento, la velocidad que interrumpe la monotonía; componentes que, repetidos, potencian su irradiación semántica y ubican al espectador en un rol activo.Claro está, la de López López no es una película para todo tipo de espectador. El ascetismo que la recorre es equiparable a los pasajes más tensos de 2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968), y es posible que la formidable fotografía no alcance para que el relato capture la atención de todos. La banda sonora colabora –y mucho- en fomentar la tensión; al fin de cuentas, Z.U.G.A. narra un misterio en el que una sola mente está involucrada.  Una interesante carta de presentación de un joven realizador. Habrá que seguirle los pasos.
8.0
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