Crítica de "Verano Maldito": De amor, de locura y de muerte

Luis Ortega se ha manifestado, a lo largo de su corta carrera, como uno de los más interesantes realizadores que componen la nueva (o ya no tan nueva) camada de cineastas argentinos. Con apenas cuatro largometrajes en su haber, su obra se caracteriza por poseer una arriesgada búsqueda estética y narrativa poco convencional para los tiempos que corren. Sus trabajos pueden gustar o no pero nunca pasan desapercibidos y eso no es moneda corriente dentro de una cinematografía en la que el riesgo pare

Crítica de "Verano Maldito": De amor, de locura y de muerte
miércoles 02 de noviembre de 2011

Verano maldito (2010) es una reinterpretación libre inspirada en el cuento "Muerte en el estío" del renombrado escritor japonés Yukio Mishima. La trama sigue el tormentoso viaje de una joven mujer después de la trágica pérdida de dos de sus tres hijos. Julieta, magistralmente interpretada por Julieta Ortega, transforma su vida y la de todos a su alrededor en un verdadero infierno, incluso sin pretenderlo.

Luis Ortega, conocido por trabajos como Monobloc (2005) y Los santos sucios (2009), propone un juego visual equilibrado que refleja el estado emocional del personaje principal. A través de una cuidada estética, Ortega crea un mundo aparentemente ordenado que se contradice con el caos interior que aflige a Julieta y su familia. Este contraste se manifiesta tanto en la composición visual como en el desarrollo de los personajes, que reflejan una creciente locura a medida que avanza la historia.

Julieta Ortega ofrece una interpretación sobrecogedora, transmitiendo la angustia y el desespero de su personaje de manera natural y conmovedora. Cada gesto, mirada y movimiento contribuyen a profundizar en la espiral de locura que la consume. Joaquín Furriel complementa esta actuación magistralmente como el esposo que enfrenta la pérdida de sus hijos y la transformación de su esposa sin saber cómo ayudarla.

Verano Maldito es una película visceral y emocionalmente intensa que consolida a Luis Ortega como una figura destacada en el cine argentino. Su capacidad para explorar temas complejos y provocativos, junto con su estilo visual distintivo, lo establecen como uno de los directores más intrigantes y talentosos del panorama cinematográfico actual. Independientemente de las opiniones que pueda generar, el trabajo de Ortega nunca pasa desapercibido, dejando una marca indeleble en el espectador y reafirmando su posición como un verdadero artista en su máxima expresión.

8.0
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