Entre el documental y la ficción

Liniers

Liniers (2010) es un supuesto documental sobre el homónimo barrio porteño. Pero no lo es. También es la búsqueda introspectiva de su protagonista por documentar la realidad en aquello que le es ajeno. Con ambas premisas, la película de Marcelo Moresi, pone en crisis las fronteras entre documental y ficción.

Liniers
martes 04 de octubre de 2011
Guillermo Schultz (Guillermo Pfening) realiza una tesis sobre el formato documental. Escribe en su computadora acerca de captar la realidad en el objeto filmado. Paralelamente sale a la calle en el barrio de Liniers y trata de tomar imágenes en ese mundo que desconoce. Se topa con personajes con relatos tan inverosímiles como su atuendo. Los filma, los sigue. En ese paisaje urbano donde la estación de tren, la suciedad de las calles y los múltiples colectivos son tan centrales, la existencia humana pasa desapercibida, inclusive la suya.Las imágenes documentales del comienzo, se anteponen a las de su protagonista: un director de documentales. La realidad juega un papel primordial en el desarrollo: se impone violentamente. Tal es el caso del chico que le roba la cámara. El protagonista quiere adentrarse en un mundo que desconoce y sólo logra perderse en él. La única visión realista que puede obtener del barrio de Liniers, no está en lo que dicen los habitantes sino en la realidad que se cuela de los encuadres realizados.En el medio, hay una crisis existencial de Guillermo, que rememora la estética del denominado Nuevo Cine Argentino. En esos lapsos, lo que se narra es la crisis introspectiva del personaje. Frente a esto la condición social lo excede, lo supera y envuelve como un habitante más, perdido en la cosmopolita Liniers.En el juego establecido entre realidad (los entrevistados deambulando en las calles) y la ficción (Guillermo como documentalista en una crisis vocacional), lo que emerge es una suerte de fusión de ambos universos. La verdad que Guillermo busca, no la encontrará en los fantasiosos relatos de los lugareños, sino en su propio proceso de búsqueda.Con una estética que destaca los matices del blanco y negro, Liniers es un film interesante por la dificultad que plantea al posicionarse en los límites entre documental y ficción. Una postura donde la subjetividad individual parece ser el único lugar para entender lo extraño.
6.0
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