El agua del fin del mundo

El agua del fin del mundo cuenta la historia de dos hermanas y un hombre que se cruza entre ambas. Un dato no menor es que la mayor padece una enfermedad mortal y que su último deseo es conocer el faro del fin del mundo. Así, el film se centra en el vínculo entre las hermanas y la relación entre ellas con la muerte y la vida.Paula Siero utiliza para su debut tras las cámaras varios elementos característicos del Nuevo Cine Argentino construyendo la historia desde el más absoluto minimalismo. Planos morosos, lentos en su composición, acompañados de diálogos simples y una cuidada desprolijidad visual ayudan a crear los climas que la historia necesita para no caer en el dramatismo absoluto ni en el golpe bajo facilista. Estos elementos también juegan en contra ya que por momentos la lentitud y la reiteración de información pueden atentar en contra del espectador que busca una historia mucho más narrativa y lineal, sobre todo para aquellos que verán la película por Facundo Arana sin saber de qué va la historia. No hay que olvidarse lo sucedido hace poco con Los Marziano y Guillermo Francella: que una película tenga a un actor popular no significa que esta lo sea.Si bien la historia de por sí está teñida de un hondo dramatismo, la directora se permite crear estados donde lo terrible parece mucho más liviano de lo que en realidad es, aunque sin caer en la superficialidad. Las actuaciones del trío protagónico, compuesto por Facundo Arana, Guadalupe Docampo y Diana Lamas, transmiten ese extraño estado que los envuelve, entre la desazón y la esperanza. Son tres actores que ponen en el alma en sus composiciones y dejan el cuerpo en eso.Una ópera prima simple, para nada pretensiosa, que más allá de su morosidad y ciertos altibajos narrativos resulta ser un interesante ejercicio cinematográfico. Una directora a la que se le debe prestar mucha atención en sus futuros trabajos.