Poseída

John James (Kevin Costner) se muda con sus dos hijos a una casa de campo. La relación con su hija adolescente, Louisa (Ivana Baquero, protagonista de El Laberinto del Fauno) es conflictiva. Lo que no sabe es que hay una maldición que azota la vivienda aparejada por una extraña leyenda ancestral. Su hija, además de no hacerle caso, empieza a tener extraños comportamientos. Cuando menos se lo espere deberá lidiar con inesperados seres para defender a su familia.Poseída comienza construyendo la distante relación que lleva el personaje de Costner con su hija adolescente. Sin llegar a ser un drama, la película se toma su tiempo para establecer la relación de incomunicación entre padre e hija. Cuando ya está por tornarse insostenible por lo previsible de este tipo de historias, el film empieza a levantar vuelo propio.Todo lo anhelado, pasa en un principio. La llegada a la casa embrujada, el acecho de seres sobrenaturales, los niños en peligro, el aislamiento con el exterior, etc. Pero es en ese mismo instante que Poseída logra desprenderse del lugar común al que parecía irremediablemente caer, para tornarse interesante y original.No adelantaremos aquí cuestiones del argumento, pero si diremos que el suspenso está muy bien manejado por el director Luiso Berdejo, mostrando a las criaturas el mínimo de tiempo tolerable para no perder la sensación de angustia, evitando detenerse en explicaciones absurdas y concentrándose de lleno en generar los climas justos y la atmósfera adecuada.Poseída no es una gran película, pero supera la media de films a base de una fórmula ya gastada. Sorprende a pesar de atravesar lugares comunes del género y deja mejor parado a Kevin Costner que ya la había pifiado feo con El misterio de la libélula (Dragonfly, 2002).