Dos caras de una misma moneda

Hermanos de sangre

Hermanos de sangre (Leave of Grass, 2009) es una propuesta entretenida y deliberadamente inverosímil. La película cuenta con un encadenamiento inusual de los hechos y oscila, con criterio, entre el drama y la comedia negra. Con mucha gracia, el actor Edward Norton emprende la dificultosa tarea de personificar a dos hombres totalmente opuestos en interlocución constante.

Hermanos de sangre
miércoles 24 de agosto de 2011
Bill Kincaid (Edward Norton) es un profesor de filosofía dedicado al análisis intelectual de las grandes incógnitas universales y comprometido con la reflexión abstracta. Brady Kincaid (Edward Norton), en cambio, es escueto y despojado. Al contrario que su hermano gemelo, Brady rige sus acciones por una lógica primaria e instintiva. Radicado plácidamente en su pueblo de origen, Brady se dedica al cultivo y comercialización de marihuana. Sus vidas parecen perfectamente encausadas hasta que Bill recibe la notificación de que su hermano ha sido asesinado, por lo cual deberá viajar a Little Dixie, Oklahoma y reencontrarse con su madre (Susan Sarandon) y con su relegado entorno juvenil. Poco tiempo pasa hasta que Bill comprende que se trata de una artimaña de su hermano para destronar al narcotraficante más grande del estado (Richard Dreyfuss).Una cualidad notable de la película es la sorpresiva combinación escalonada de la densa nube de tragedia inherente a todo drama y algunas particularidades excéntricas que logran descolocar al espectador y evocar, en igual medida, risa y desconcierto. La narrativa de la película parece, inicialmente, destinada a la progresión lineal y soporífera del drama familiar. Pero se aprecian, sin embargo, destellos contundentes de una trama inusitada. De esta manera, el director Tom Blake Nelson logra una doble sensación de vértigo y certeza. La frescura resultante de la inclusión de detalles que le escapan a lo asiduo y la seguridad reconfortante de no descuidar una estructura tradicional.Hermanos de sangre critica también a la tradición elitista de la clase intelectual norteamericana y a la intolerancia maquinal de la estirpe burguesa. Bill, que sintetiza ambas cualidades, siente un rechazo involuntario por el estilo de vida de su hermano, ya que el mismo, con sus designios culturales, encarna un prototipo de ser humano que le produce temor. Pero no le teme a él específicamente, sino que aquellos mundos se encuentren súbita e irreconciliablemente amalgamados; teme que las antípodas culturales se mixturen hasta el punto sin retorno; teme que se corrompa su exclusiva castidad intelectual, le teme a la pobreza y a la ignorancia. Le teme a él. Teme, eventualmente, ser él.Tom Blake Nelson construye sus escenas alternando, con perspicaz intermitencia, entre situaciones tensas y surrealistas. Con la intervención determinante de diversos importunos azarosos, el director articula una atmósfera con ciertas reminiscencias al cine de Joel y Ethan Coen; con quienes colaboró como actor encarnando a un arquetipo sureño similar a los de su película en ¿Dónde estás hermano? (O Brother Where Art Thou?, 2000).En suma, el director conduce una trama estrambótica a través de escenarios completamente ordinarios y produce, además de la cautivante expectativa por los giros descolocantes, una dosis de absorbente entretenimiento fílmico.
6.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS