Una novia errante

Inés (Ana Katz) y su novio (tanto en la ficción como en la vida real, el uruguayo Daniel Hendler) fueron “supuestamente” de vacaciones para remontar la pareja pero él se bajó antes del micro por una ridícula discusión sobre las miradas. Ella siguió el viaje y lo esperó en el hotel pero, al darse cuenta que él no llegaría, comenzó a llamarlo constantemente.Directora y protagonista de Una novia errante (2007), Ana Katz construye una historia acerca de la obsesión femenina por el amor, pero sobre todo por un hombre. El escenario elegido es la pequeña ciudad apodada slowly city, en el mar de las pampas, donde los médanos, el bosque y el mar lentifican la vida cotidiana.En este lugar solitario, alejado y muy pueblerino, Inés intenta hacer una búsqueda introspectiva, recorre el lugar como una turista común y corriente pero termina desviándose en cada hombre que le muestre un poco de atención (el botones del hotel, un cazador pueblerino, etc.).Ana Katz habla en este film sobre la soledad femenina y la desesperación que trae a este personaje que interpreta ella misma. Inés es el espejo de los desesperados que por diferentes razones caen en la soledad, gente que cuando se separa empieza a hacer programas extraños. Es tanta su amargura que puede proponer un plan a un desconocido como el del pueblerino del arco y flecha (Carlos Portaluppi) quien se obsesiona con ella.Una novia errante es una historia romántica, sin escepticismo, sobre la imposibilidad de vivir en pareja. La sensación de asfixia que vivía la relación, se refleja en los planos cerrados en la escena del micro; y en cuanto Inés se queda sola, los planos se abren mostrándola en un lugar desconocido. Ella sueña con ser la novia de…pero el novio al estar ausente convierte este sueño en utopía.