Una ópera en primeros planos

La flauta mágica

El director Kenneth Branagh, quien supo adaptar en más de una ocasión obras de William Shakespeare, lleva a la pantalla grande la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, La flauta mágica (2006). Esta versión fílmica que transcurre en la Primera Guerra Mundial, no hace más que acentuar la espectacularidad de la toma aérea y efectos especiales que el cine permite hoy en día. Lo demás es una ópera filmada.

La flauta mágica
miércoles 20 de julio de 2011
La historia es la de Tamino, un soldado ayudado por el poder que le ofrece la flauta que lleva en su poder, deberá cumplir la misión de rescatar a Pamino, una joven bella capturada por el enemigo. La trama (en el film y en la ópera original) es una historia de amor con toques de magia y esperanza.Además de quitarle el intervalo a la obra y cantarla en inglés, Kenneth Branagh se dedica a filmar durante dos horas a muchachos y muchachas cantando ópera, lo cual agota a los veinte minutos de película. Falta en el filme escenas intermedias (que todo musical contiene) que den un descanso entre tanta canción. Aquí esas escenas (que existen en la ópera original) fueron suprimidas al máximo.Pero hay que reconocerle a Kenneth Branagh el plano secuencia inicial, en el cual la cámara recorre trincheras y personajes, acertando tamaño de planos y explosiones con música diegética creando un maravilloso contrapunto entre imagen y sonido. Determinadas escenas surrealistas (la de los inmensos labios rojos por ejemplo) otorgan ese mágico momento a la obra que se diluye en el canto hasta el cansancio.Al parecer las posibilidades del musical se han expandido. Si Martin Scorsese filmó un recital de los Rolling Stones en Shine a Light (2008), la pregunta sería porqué Kenneth Branagh no puede filmar una ópera. No lo sabemos, lo cierto es que quien quiera extrañar menos al Teatro Colón disfrutará de la película, todos los demás no.
4.0
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