Crítica de "Yo maté a mi madre", Xavier Dolan y todo sobre mi madre y yo

Xavier Dolan es considerado el nuevo "enfant terrible" del cine canadiense. Con tan solo 19 años, dirige, escribe y protagoniza una de las óperas primas más arriesgadas y controvertidas de los últimos años. En "Yo maté a mi madre" (J'ai tué ma mère, 2009), se combinan de manera precisa todos los ingredientes que permiten que una película transite entre el humor y el drama, capturando la esencia misma de la vida.

Crítica de "Yo maté a mi madre", Xavier Dolan y todo sobre mi madre y yo
martes 19 de julio de 2022

Yo maté a mi madre es una película que explora la relación enfermiza entre una madre y su hijo adolescente. A lo largo de la historia, se destacan elementos como la ausencia de un padre, una relación homosexual y la pasión desmedida por el cine. Estos elementos se entrelazan en un melodrama que evoca la primera etapa del reconocido director Pedro Almodóvar, recordando películas emblemáticas como La ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) o ¿Qué he hecho yo para merecer esto!! (1984).

A pesar de su juventud e inmadurez, Xavier Dolan logra construir una obra centrada en la relación madre-hijo, llevándola a extremos impactantes. Mediante situaciones de realismo crudo, el director somete al espectador a un constante vaivén emocional, traspasando en momentos puntuales la barrera del humor absurdo y adentrándose en el territorio del delirante surrealismo. Sin embargo, lo que distingue a esta película es su capacidad de narrar todo desde una naturalidad absoluta, lo que hace que cada situación sea creíble e incluso identificable para el espectador.

Dolan opta por una puesta en escena simplista. No encontramos grandes decorados, música llamativa, actores reconocidos ni elementos estéticos relacionados con la cultura popular. Todo se presenta despojado, pero sin perder su esencia cinematográfica. Cada plano es cuidadosamente compuesto, cada encuadre es elegido con precisión, los sonidos ambientales se utilizan estratégicamente y el uso del fuera de campo contribuye a una construcción visual metódica y cuidada.

Con Yo maté a mi madre, Xavier Dolan demuestra su habilidad para contar una misma historia de formas diversas, evidenciando su inteligencia y desparpajo como director. Esta película marca un quiebre en la narrativa y la visualidad, consolidando a Dolan como una de las grandes promesas del cine contemporáneo.

8.0
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