Réquiem para Iván

Enero

Enero (2011), ópera prima del binomio conformado por Marcelo Scoccia y Cynthia Grabenja es una apuesta ambiciosa dentro de un cine que parecía carente de nuevas narrativas.

Enero
viernes 15 de abril de 2011
Con un especial cuidado estético y un guión entramado que brinda la información a cuentagotas, Enero se construye de manera fragmentada. Iván es un músico que se encuentra frente a una crisis existencial que detonó luego de un accidente automovilístico que dejó en coma a su esposa. Tras la muerte de su mentor, el profesor Kagel, se lo encomendará la composición de un réquiem funerario. Primero se negará aunque luego dirá qué sí, y es a partir de ese momento que Iván comenzará a redimirse de su propia autoflagelación psicológica para volver a asomarse  a la vida. Enero es el mes del comienzo y ese es el sentido que tiene en la películaUno de los puntos fuertes con los que cuenta la obra recae tanto en la composición plástica como sonora. Hay un meticuloso trabajo musical que acompaña todo el metraje teniendo que ver no sólo con los estados del personaje sino que a la vez funciona como el réquiem que ha sido encargado.Visualmente es presentada como si fuera una cebolla de la que se van desprendiendo capas que darán forma a la historia. Los personajes cuentan con información que el espectador desconoce y que se la van brindando de manera fragmentada y no lineal, haciendo aún más interesante la propuesta ya que construye tensión dramática donde podría no haberla.Enero habla de la muerte pero apuesta a la vida desde la exorcización de los demonios que habitan dentro de cada uno y, claro está, de un nuevo comienzo. Una película que focaliza en la estilización de la imagen pero que a pesar de eso no descuida el contenido. Bella por dentro como por fuera.
8.0
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