Al ritmo de la samba

Moacir

Moacir (2011), tercer largometraje de Tomás Lipgot luego de Fortalezas (2010) y Ricardo Becher, Recta Final (2010), es un documental sobre un músico brasilero que reside en Argentina. El film le da voz a un personaje que tiene mucho para ofrecer al público y que ama la música, aunque los infortunios vividos le determinaron un destino desafortunado. Con respeto y con el intento de mostrar a Moacir tal como es, Lipgot convierte a su protagonista en un ser querible.

Moacir
lunes 11 de abril de 2011
El director realiza un seguimiento a Moacir, músico y compositor brasilero, durante los días que, junto al músico Sergio Pángaro, prepara la grabación de un disco. Esta, según explica Lipgot, era la excusa para realizar el documental, si bien el disco todavía es un proyecto a concretarse. En esos días descubrimos a un hombre que no tuvo mucha suerte en la vida: una infancia pobre y con problemas familiares y, luego ya en Argentina, largos años como paciente del Instituto Psiquiátrico Borda. Así, se entremezclan testimonios del mismo Moacir con las reuniones junto a Sergio Pángaro para armar las canciones que conformarán el disco, generando escenas llenas de música y alegría brasilera.También aparecen otros personajes: amigos de Moacir, la licenciada que lo ayudó con su rehabilitación en el Borda y músicos que colaboran con el disco. El documental está filmado con mucha simpleza. Se trata de acompañar al músico pero no de invadirlo. Sin embargo, es el mismo Moacir el que invita a los realizadores a vivenciar su vida y el que incluso opina y sugiere acerca de su realización. Con un personaje tan accesible y amistoso, Lipgot intenta revivir los recuerdos que hablen sobre lo que es hoy pero sobre todo aquellos que lo presentan como un músico de samba que lleva en sus venas la alegría del carnaval.La cámara registra la vivienda y los lugares cotidianos de Moacir: una pensión, las calles y comercios de Constitución, un barrio que condensa decadencia, pobreza, marginalidad y cuya estética es bastante deprimente. Ese ámbito no produce extrañeza alguna, ya que describe su pasado en el Borda como un verdadero infierno del que se siente feliz y orgulloso de haber salido. Su vida es la música y es para lo cual él ha nacido, y esto la película lo deja más que claro cuando Moacir prepara los temas y también cuando los canta.La realización de este documental focaliza en un músico, en unos de los tantos de Argentina. Con este film Lipgot empieza a hacer justicia y, con escasos elementos, logra divertir y hasta por momentos conmover. Esto último casi sin buscarlo y sin ahondar en conflictos que en nada aportarían a la imagen de este músico tan especial.
6.0
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