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Crítica de "Igualita a mí": La comedia de la vida

La comedia no ha sido un género ampliamente explorado en el cine argentino, con pocos directores arriesgándose en un terreno que algunos consideran menor y que a menudo queda marginado en las premiaciones. Sin embargo, contra la corriente, las comedias siempre atraen a la audiencia, y "Igualita a mí" (2010) ciertamente no será la excepción.

Crítica de "Igualita a mí":  La comedia de la vida
viernes 02 de febrero de 2024

El protagonista, Fredy (interpretado por Adrián Suar), es un cuarentón que se aferra a su juventud, siendo metrosexual, holgazán, parlanchín y mujeriego. Su vida da un vuelco cuando descubre de la noche a la mañana que tiene una hija, fruto de una relación casual en su juventud, convirtiéndolo además en abuelo. Entre lecciones de vida y momentos cómicos, Fredy se ve obligado a reconsiderar su enfoque y tratar de madurar de una vez por todas.

Dirigida por Diego Kaplan, quien regresa después de trece años, la película destaca por su honestidad consigo misma y con el espectador. No pretende más de lo que puede ofrecer, lo cual es admirable en sí mismo. Con una estructura narrativa que evoca a la comedia americana clásica, donde el humor se apoya en gags rápidos, la película logra su cometido: entretener sin defraudar.

La primera hora de la película ofrece momentos divertidos que el público agradecerá, con Adrián Suar desplegando su talento cómico. Sin embargo, hacia el tramo final, la trama se adentra en la redención del personaje y su complejo trasfondo familiar, cambiando hacia una comedia más dramática en busca de la complicidad emocional del espectador. Esta transición resulta innecesaria, especialmente considerando cómo estaba planteada la historia hasta ese momento.

Adrián Suar se destaca al parodiarse a sí mismo, destacando en una escena memorable de baile en bata en homenaje a Tom Cruise. En el elenco femenino, Claudia Fontán brilla con su increíble versatilidad para la comedia, mientras que Florencia Bertotti actúa como una compañera adecuada, aunque a veces evoca su personaje de la serie televisiva "Floricienta", algo que le cuesta dejar atrás.

A pesar de ciertos altibajos hacia el final, Igualita a mí superará sin duda el millón de espectadores en los cines argentinos. Aunque podría haber logrado este éxito apostando por menos, la película se esfuerza por contar una historia sin subestimar al espectador, algo que el cine argentino no siempre logra.

6.0
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