Crítica de "El Fantástico Sr. Zorro" o el fantástico Señor Anderson

La historia se centra en un astuto zorro llamado Fox (George Clooney), que parece llevar una vida idílica junto a su esposa (Meryl Streep) y su hijo (Jason Schwartzman). Pero por las noches, el señor Zorro roba las gallinas, los patos y los pavos de las granjas vecinas, en un intento por recuperar aquellos años salvajes y dorados previos al nacimiento de su hijo. Cansados de esta situación, los granjeros deciden poner remedio al asunto y cazar a Mr. Fox para que no les siga robando.

La novedad del film recae en dos aspectos. Por un lado, en abandonar el uso de actores de carne y hueso para optar por los personajes animados. Esto no implica la desaparición completa de sus actores fetiche. Las voces de los personajes del film son puestas por varios de ellos: Bill Murray, Willem Dafoe y Owen Wilson, entre otros. Por otro lado, Anderson elige como técnica de animación el stop motion, lo que imprime en el film cierto carácter clásico y artesanal.

La decisión de disminuir la cantidad de imágenes por segundo está en función de permitirle al espectador una mayor apreciación de las características de la  imagen cinematográfica. Una vez más, Wes Anderson trabaja como foco del relato el tema de la familia. Es interesante observar el extremo detallismo con el que define a cada uno de sus personajes. El carácter salvaje del Señor Zorro, y su inevitabilidad, que conlleva la disolución del orden imperante.

Los conflictos de su hijo Ash en relación a su identidad (puesta en crisis tanto por la figura del padre como por la de su primo Kristofferson) y el lugar de la Señora Fox, como fiel compañera de aventuras. Asistimos como espectadores a la caída y creación de un nuevo orden que implica en su mayor parte la aceptación de las diferencias tanto entre los hombres y los animales, como entre los semejantes. 

Es inevitable al ver el film, no pensar en las viejas ilustraciones de los libros para niños. Es que El Fantástico Sr. Zorro está basada en un cuento y es, visualmente, un cuento. No sólo por la estructura narrativa de la película, determinada por la separación en  capítulos a través de letreros indicativos -similar a la utilizada en Los excéntricos Tennenbaum (The Royal Tenembaums, 2001)- sino también por su estética visual, caracterizada por la elección de una paleta de colores tierra, por la extrema atención puesta en la construcción de personajes y lugares, y por el uso de planos generales y paneos horizontales, típicos en su modo de construir el espacio.

Por todo esto, es posible hablar del film como un verdadero cuento animado en stop motion, un relato universal que mantiene intactas las marcas distintivas del estilo de Wes Anderson presentes en toda su filmografía.