En la luna

Sam Bell (Sam Rockwell) está en la luna hace un tiempo realizando tareas de mantenimiento. Su único contacto con la tierra es netamente virtual y esa soledad parece ser que está interfiriendo en sus emociones psíquicas, provocando cierto desvarío en su cordura. Pero no todo será lo que parece, y el misterio se develará el día que él se encuentre consigo mismo y de manera literal.La ópera prima de Duncan Jones tiene varios puntos que la hacen un pequeño gran film. Sin duda, uno de los más interesantes es el de lograr una puesta cinematográfica en una película actuada por un solo personaje en, casi, un único espacio cerrado. Para lograr que ésto se convierta en cine y no en teatro filmado, el realizador se nutre de dos elementos más que importantes en su construcción. La actuación de Sam y el extraordinario uso de la imagen acompañada por el manejo en la construcción de los planos, los encuadres en los que se utiliza la profundidad de campo para mostrar a ambos personajes, interpretados por un mismo actor, y el extremo cuidado estético en la utilización de todos los elementos plásticos.Sam Rockwell nos presenta con una credibilidad increíble un personaje que es llevado al extremo de sus capacidades psíquicas y que prácticamente está a prueba durante todo el film, contraponiéndose consigo mismo o lo que podría ser un alter ego. Un personaje que descubre una falsa realidad y que, de revelarse contra ese sistema, puede desembocar en un caos para toda la humanidad.El film pone en el tapete el tema de la ética y la biotecnología de manera acertada. ¿Qué es lo que está bien o mal? ¿Es correcto sacrificar a alguien por el bien de la humanidad? ¿Qué pasaría si la clonación se autorizará de manera legal? Temas como éstos y muchos más se presentan en el film a partir de una historia simple y que para muchos podrá resultar como una película más de ciencia ficción, pero que no lo es.Si el talento se hereda, no cabe la menor duda de quién lo heredó Duncan Jones. Si el talento se absorbe, tampoco caben dudas de quién lo absorbió. Si el éxito se augura, y Duncan Jones sigue por el camino correcto, estamos ante la presencia de una genialidad. Una pequeña maravilla que, de manera más que lamentable, la Sony no se animó a estrenar en Argentina, pero que ahora podrá verse sólo en DVD.