Crítica de "Enseñanza de vida": Entrenamiento elemental para mujeres

Ya la traducción local del titulo original advierte: "Enseñanza de vida" (An Education, 2009) es un relato de descubrimiento, tan obvio como predecible, cuya carga de moralina empalaga y su tono aleccionador enoja.

Crítica de "Enseñanza de vida": Entrenamiento elemental para mujeres
lunes 01 de febrero de 2021

La adolescencia de Jenny (Carey Mulligan) transcurre en la soporífera y opresiva vida familiar, así como en la rectitud de una educación ultraconservadora. En los suburbios londinenses de los años 60, la mujer es apenas considerada un vehículo para la paternidad de los hombres, un ser condenado a las tareas domésticas y al cuidado del hogar. Jenny aspira a trascender esta realidad. Posee la capacidad y el conocimiento suficiente para ingresar a la prestigiosa Universidad de Oxford. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a David (Peter Sarsgaard) y sucumbe ante su aparente éxito y espíritu libertario.

El aura de misterio que rodea a David y sus intenciones durante la primera parte del metraje es quizás lo más interesante de Enseñanza de vida. Irrumpe de sopetón, conduciendo un auto de lujo en un barrio de clase media, exhibiendo una vasta formación cultural. Su personalidad oscila entre el más tierno paternalismo, donde parece subyacer la maldad propia de un corruptor de menores. Si además, porta el rostro perverso de Sarsgaard y el objeto de su fascinación es Jenny con su impoluta inocencia, David se convierte en un auténtico villano en potencia.

Sin embargo, después comienzan los soliloquios acerca del respeto, la libertad y las decisiones que conlleva el traspaso hacia la adultez. Aquí, Jenny aprenderá a través de experiencias difíciles las duras lecciones que la realizadora danesa Lone Scherfig, junto con el guionista Nick Hornby, encargado de adaptar a la pantalla grande el libro de memorias de Lynn Barber, imponen en ese ríspido camino.

Como en La Sonrisa de la Mona Lisa (The Mona Lisa Smile, 2003), gran parte del didactismo corre a cargo de la profesora "inspiradora" con ínfulas "correctivas" para con la desviación de la alumna ejemplar. Jenny, y el espectador por ende, aprenderán que ser mujer es mucho más que limpiar y cuidar niños; es necesario leer, instruirse y cultivarse para adquirir la mayor cantidad posible de elementos que permitan desenvolverse en la vida.

Si el espectador desprevenido no captó la lección, el combo moral-guía de autoayuda de Enseñanza de vida incluye a Helen (Rosamund Pike), la esposa del socio de David, construida como una verdadera pelmaza que limita la lectura al pasatiempo adormecedor de ver las fotos de las revistas faranduleras.

Enseñanza de vida no es una mala película, pero sí falla en su ejecución. Concebida para agradar en festivales, se ahoga en sus propias aspiraciones y se hunde por el tono de manual que inunda la narración. Apenas la belleza luminosa de Mulligan, poseedora del rostro más extraordinariamente común que ha dado el cine en los últimos años, la exoneran del tedio absoluto. Es una lección que quizás no vale la pena aprender.

4.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS