El Perro infernal

Marley y yo

Los valores familiares, son tratados por el cine hollywoodense, casi de manera utópica e inverosímil, de Disney a Belleza Americana, mucha agua corrió bajo el puente. En Marley y yo, el melodrama -se promociona como una comedia- de David Frankel, estos valores parecen como salidos de una historia del siglo XVIII, apuntando a todo golpe bajo posible, sin profundizar demasiado en el contexto circundante.

Marley y yo
lunes 26 de octubre de 2009
Owen Wilson y Jennifer Aniston conforman a un matrimonio de periodistas que adoptan un labrador que está en oferta a u$s 200, que más que un perro parece un león. Marley (que en términos bestiales mucho tiene que ver con el animador de TV) es insoportable, nadie lo aguanta, destruye todo lo que encuentra y pone a la joven pareja en crisis, pero…. llegan los hijos -3 a falta de uno- ella deja todo para dedicarse a la crianza de los mismos y, obviamente, de la bestia peluda, que a esa altura de la película uno no entiende todavía como no se deshicieron de él a mazazos. Ella entra en crisis, pero todo se arregla, hasta que al final, el pobre perro muere de viejo, todos se ponen tristes y lloran desconsoladamente en el entierro de la mascota. Y… final. Si, aunque usted no lo crea de esto hicieron una película de casi 2 horas de duración.David Frankel que venía de dirigir con éxito de publico y criticas El diablo viste a la moda toma este proyecto que lo único que hace es restarle el poco prestigio conseguido pero si sumarle billetes a sus arcas bancarias, Marley y yo fue primera durante varias semanas en la taquilla norteamericana, algo que seguramente suceda también en la Argentina.Recurrir constantemente a los golpes bajos pareciera ser una manera discreta de apelar a recursos emocionales cuando no se pueden emplear los recursos cinematográficos. Elipsis temporales de 10 años en las que nadie envejece, un flashback que nunca se retoma y una sucesión de errores arguméntales sin sentido, no hacen más que transformar a Marley y yo en un pastiche cinematográfico decadente y aburrido, que se repite a si mismo de manera constante.Inverosímil pero tratando de ser realista; una familia perfecta imposible de mantener en la credibilidad durante más de 10 minutos; un mundo en el que los problemas no existen o se resuelven como por arte de magia. En síntesis, una película irrealista en la que un perro feroz despierta un amor infernal, hacen que Marley y yo sea lo peor de los últimos tiempos del decadente mundillo hollywoodense. Deplorablemente e insoportable.
2.0
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