Un terceto muy peculiar

Viaje a Darjeeling

Hotel Chevallier es un corto de 12 minutos que dirigió Wes Anderson y que sirve de introducción a Viaje a Darjeeling, en el una ex pareja se encuentra en un hotel de Paris para tener sexo. Filmada con una neutralidad cromática irresistiblemente bella no hace más que mostrar la frialdad del encuentro de los dos amantes. Títulos finales y el desconcierto ante lo que acabamos  de ver, ¿es la película que empezó de atrás hacia delante o una ruptura narrativa por parte del director? Nada de esto, es simplemente un corto introductorio que servirá para hilar algunas puntas de lo que será  el verdadero viaje que empezaremos a transitar.

Viaje a Darjeeling
lunes 19 de octubre de 2009
Viaje a Darjeeling en una road movie en la que tres hermanos estadounidenses con problemas de comunicación entre si emprenderán un viaje rumbo a la India, con el propósito no solo de visitar a su madre (Anjelica Houston) sino de limar algunas asperezas entre ellos, en una odisea entre contemplativa y espiritual pero con algunos inconvenientes que no harán más que profundizar las desavenencias entre estos personajes.Wes Anderson eligió una puesta en escena haciendo foco en la centralización de la imagen, los hermanos siempre estarán ubicados de manera que el poder que ejerza cada una sobre el otro sea determinante, así Francis (Owen Wilson), el mejor posicionado económicamente y mas autoritario, estará siempre en el medio, Peter (Adrien Brody) se ubicará a la derecha de Francis y Jack (Jason Schwartzman), el mas débil de los tres y con menos personalidad, a la izquierda.Otro recurso utilizado por el director para denotar la frialdad  hilarante entre el terceto es el uso del color azul, un color frío que se hace presente en la mayoría de las escenas claves del film como símbolo de rotura en las relaciones; contraponiéndolo con el amarillo rabioso que simboliza la calidez y la pasión que se ve en el corto antecesor que tendrá mucho que ver con Viaje a Darjeeling aunque en un principio parezca lo contrario.El director carga la trama constantemente con una ironía sutil y un humor negro pocas veces visto en el cine. La delicadeza de los diálogos crea un antagonismo con la elasticidad de las imágenes confirmando que Wes Anderson (Mundo acuático, Los Excéntricos Tenenbaums) dejó de ser una promesa del cine actual  para convertirse en un maestro en el uso de la mordaz perfección en el basto y decadente mundo de la comedia cinematográfica.
8.0
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