Sexo, pudor y lágrimas

Esto ya pasó

Esto ya pasó es un mazazo cinematográfico. Seco, aséptico y distante, este inquietante documental es un descarnado retrato de una sociedad que, tras una calculada prolijidad, esconde egoísmo e indiferencia.

Esto ya pasó
jueves 08 de octubre de 2009
¿Qué tienen en común un oficial de aduanas, una ama de casa, una diplomática, un barman y un taxista? Para la austriaca Anja Salomonowitz mucho más de lo que aparentan. En sus bocas pone las palabras de mujeres que, por amor o dinero, llegaron a ese país repletas de sueños e ilusiones. Estaban lejos de saber que eran parte de un engaño. Obligadas a prostituirse o esclavizadas como servicio domestico, su apacible sueño se transformó en una irremediable pesadilla.El dispositivo de Esto ya pasó resulta implacable: la acción cotidiana de sus criaturas se corta cuando la mirada se fija en la cámara, la voz monocorde narra un derrotero tan brutal como inesperado, y luego la rutina, que vuelve indiferente a ese soliloquio. Esa misma actitud, nos dice Anja Salomonowitz, es la que toman los austriacos, cómplices indirectos frente a esa realidad que trascurre ante sus impávidas miradas.No es casual que los testimonios provengan de cada uno de los eslabones de la enceguecida cadena: el oficial de aduana que negocia con los traficantes, la ama de casa que hace oídos sordos a los atronadores rumores vecinales, la pulcra burócrata que facilita papeles a las involuntarias visitantes, el barman cuya ética es esclava del dinero, y por último el taxista que mira siempre para adelante, nunca para atrás.“Caminamos entre la gente que parece no vernos”, reflexiona una de las voces con el atino descarnado de una mujer que salió de un laberinto tortuoso, con la certeza de haber recorrido las miserias más profundas del ser humano. Esto ya pasó muestra que, a veces, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
10.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS