Intolerancia

Sector 9

Sector 9 es mucho más que una película de “extraterrestres que invaden la tierra”: es la exploración de una sociedad que, tras la imagen de víctima, esconde el aborrecimiento, el odio y la discriminación a quienes no encajan en sus parámetros preestablecidos.

Sector 9
miércoles 23 de septiembre de 2009
Hace más de dos décadas que una nave espacial se posó sobre la desigual Johannesburgo, centro ecónomico de Sudáfrica, cuna de enorme riquezas mineras para algunos, de extrema pobreza para otros. Ante la posible hostilidad de los visitantes, el gobierno decide intervenir y penetra en la nave, donde encuentran miles de alienígenas que conviven hacinados, mal alimentos y en pésimas condiciones salud. Mientras un organismo multilateral debate qué hacer, los peyoratimente bautizados “langostinos” son transladados al Sector 9, claustro que, con el correr del años, deviene en barrio marginal donde impera la pobreza, el hambre y la violencia.Ya la sinopsis muestra la enorme carga alegórica que se desprende de Sector 9: desde la supuesta beligerancia de quienes no eran más que refugiados de su planeta, y que deviene en “ataque preventivo”, y el rol más mercantilista que humanitario de la organización supuestamente encargada de la relocalización, hasta el aislamiento forzado de las criaturas en un barrio cerrado simil Guantánamo y el origen afrikáner (descendiente de los pueblos colonizadores) del burócrata reconvertido alien Wikus van der Merwe (Sharlto Copley), ningún elemento de esta producción de Peter Jackson parece azaroso.Pero el (hasta ahora) ignoto sudafricano Neill Blomkamp no apila simbolismos o metáforas sino que construye un fresco sobre la misantropía que, desde 2001, es endémica a la sociedad norteamericana. A diferencia de Cloverfield (2008), donde Matt Reeves se refería a la juventud como una masa hedonista y despolitizada cuya única preocupación era el desamor, y los victimizaba ante una bestia despiada y brutal que los atacaba sin motivo; Neill Blomkamp muestra una sociedad intolerante y despectiva ante los visitantes, paranoica ante sus actitudes e indiferente ante sus destinos.Así, Sector 9 se transforma en una película paradigmática de la hipocresía con la que los países primermundistas, y su autoconcepción de “dueños del mundo”, ejercen el control de su TEG en tiempo real. Bastante para una ópera prima de "extraterrestres que invaden la tierra”, ¿no?
8.0
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