El tiempo dirá

Te amaré por siempre

Adaptada del bestseller homónimo de Audrey Niffenegger, con guión de Bruce Joel Rubin (Ghost, 1990), esta película es la última del director alemán Robert Schwentke, quien no aparecía en la pantalla grande desde el 2005 con la no tan bien recibida Plan de vuelo (Fight Plan, 2005). Esta vez nos invita a un relato en el que forma y contenido se complementan para crear un todo que se nutrirá de esta alianza.

Te amaré por siempre
martes 22 de septiembre de 2009
Henry (Eric Bana) tiene un desorden genético que lo hace viajar en el tiempo. Esto sería una ventaja si pudiera controlar el momento en que le ocurre y el lugar al que se traslada. Pero no sólo no puede, sino que además tiene la complicación de aparecer desnudo (!). Siendo un hombre adulto conoce a quien será el amor de su vida, Clare Abshire (la siempre tan linda Rachel McAdams), cuando todavía es una niña. Estos saltos temporales de Henry van a ser el mayor obstáculo que deberán afrontar para sacar adelante su amor y construir una vida juntos.Hay una decisión clara de estructura desde el guión: jugar con el tiempo. Este será un protagonista más. Tanto es así en el contenido (Henry viaja indiscriminadamente al pasado y al futuro a lo largo de toda la película) como en la forma (el relato no lineal que se va construyendo con fragmentos de distintos momentos de la historia). No se recurre a ningún flashback o flashfoward para contar esto, sino que los tiempos conviven en los viajes del protagonista. De hecho, Harry mismo se ve desde su futuro en su pasado o viceversa. El film necesita asentar esta base y lo hace dialógicamente. En la primera secuencia un Harry maduro se lo explica, en su pasado, a un Harry niño de seis años. Con este comienzo el director estará apelando a un espectador activo que deberá permanecer atento hasta el final.Si seguimos a Clare, podemos armar una historia que se desarrolla en un tiempo cronológico como el de cualquier otro ser humano de este mundo. Esto marca una línea recta que nos permite, como espectadores, poder construir el relato. La vida de ella sigue su curso natural, pero son las irrupciones de Harry -de diferentes edades según el momento- las que, como piezas de rompecabezas, debemos encajar para ensamblar la historia.Los personajes también se entregan a la propuesta de jugar con el tiempo. Harry vuelve al pasado a visitar a su madre fallecida, Clare tiene la seguridad de que encontrará al amor de su vida, por citar algunas ventajas. Pero esto tiene una contracara muy dura, ellos saben cómo termina este amor.  El manejo del tiempo se extiende hasta alcanzar la banda sonora. No hay que dejar de prestarle atención, sobre todo al destacable cover de “Love will tear us apart” (Joy Division, 1979) que toca la orquesta en la boda. Imperdible la cadencia con la que lo interpreta Broken Social Scene para la película.Usted saldrá del cine tarareando el tema, mientras abandona aquella incertidumbre del famoso refrán: “El tiempo dirá…”. Y es porque en esta película es una certeza, el tiempo lo dice todo.
6.0
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