Enemigos Públicos

John Dillinger (Johnny Depp) es el asaltante de bancos más popular y querido en la ciudad. El tipo tiene códigos y la gente lo respeta por eso. Pero su descaro a la hora de burlar la ley lo convierte en el enemigo público número uno. La policía crea un escuadrón para atraparlo dirigido por J. Edgar Hoover (Billy Crudup) y a cargo de Melvin Purvis (Christian Bale), que ejerce la brutalidad institucional para detenerlo.Estamos en 1933, época de la Gran Depresión. No hay familias felices en las calles así como tampoco en el film de Michael Mann. Su registro es crudo y brutal. Las huidas de la cárcel, los atracos a los bancos y las persecuciones de Dillinger –a partir de él está narrada la historia- están retratadas con una cámara en mano que sigue a los personajes hasta los mas remotos vericuetos (posible gracias a la utilización de cámaras HD).Esta cuestión genera gran parte de la elaboración del tono del film y es acompañada de una impecable edición de sonido. Los disparos de las balas -y el sonido de las mismas, al incrustarse en los diferentes elementos del decorado- y la ausencia de música extradiegética son arrolladores, generando el impacto violento y seco, similar a las actitudes parcas con que se desenvuelven los personajes en la película.Podemos observar la frialdad de los personajes en su sobria expresión. Pocas palabras, gestos precisos -nunca desmedidos- y muchos códigos los caracterizan. Si bien Johnny Depp no alcanza el carisma suficiente para interpretar al legendario Dillinger, está rodeado de una “banda” de actores que, simplemente con su rostro, expresan su ambición y sagacidad para desenvolverse en el mundo del crimen.Aunque Enemigos Públicos no sea su gran película, es una muestra más que puede contarse un policial serio y adulto en el Hollywood de hoy. Con personajes reales llenos de virtudes y defectos. Un policial a lo Michael Mann.