Crítica de "Upa! Una película argentina", cómo hacer una película y no morir en el intento

Desde hace unos años a esta parte comenzó a decirse que el NCA mostraba señales de agotamiento.  Es evidente que 'UPA! Una película argentina' toma parte en el asunto. 

Crítica de "Upa! Una película argentina", cómo hacer una película y no morir en el intento
jueves 16 de julio de 2009

Por más que 791 Cine (su distribuidora) haya catalogado a UPA! como un drama, ciertamente se trata de una comedia. Que la película se ría de cosas dramáticas es otra cosa, y aquí el drama –y qué drama- es hacer una película “independiente”.

UPA! una película argentina está realizada por el grupo autodenominado MANIFIESTO GRUPO ACCION (prometen hacer varias más). Es interesante cómo el film se inscribe dentro de una mirada política a la hora de concebir la realización de una obra, de allí que la idea de un “Manifiesto” (puede consultarse en www.upafilms.com.ar) sea más que congruente.  El film parodia gestos, personalidades, ideologías y estéticas de quienes llevan adelante el NCA.

Lo interesante es cómo los protagonistas se parodian a sí mismos.  Recordemos que Giralt fue el guionista, asistente de dirección y producción de Los rubiosGéminis, y que Camila Toker actuó en Sábado y Ana y los otros, películas representativas del NCA. La película recurre el entusiasmo de un director que ha resultado ganador de un premio para hacer una película.

El argumento lo iremos conociendo a medida que avancen los pasos lógicos de producción, pero todo suena a “solemnidad”. Poco a poco se irán suscitando los problemas, ya sea por torpezas del equipo, egolatría, burocracia, o simplemente “mala suerte”. De esos problemas se desprenden situaciones cargadas de acidez, en donde el humor funciona casi siempre.  Los personajes son tan erráticos como ilusos, cada uno buscará llegar a cumplir con su rol pero nada saldrá como se espera. La cámara en mano y la imagen de imperfecta calidad refuerzan el mundo caótico que prevalece detrás de las cámaras. 

UPA! acierta también en la incorporación de los directores como intérpretes, no sólo como economía de recursos –estéticos- sino también como modo de construir con mayor precisión a los personajes. El público llegará a detestar al personaje de Santiago Giralt, pero lamentará que su propuesta le cueste tanto. 

Si hay algo que UPA! se tome en serio (y demuestre que puede ser un “drama”) es el hecho de que el cine es más que un espectáculo a oscuras.  El cine, parece decir la película, es también una bienvenida manera de complementar la vida. 

8.0
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