Todos los hombres del senador

Los Secretos del Poder

La ética y la moral. La amistad, el amor, la justicia y la culpa. Deudas y asignaturas pendientes. Asesinatos con sello marcial, ladrones drogadictos. Irak: la guerra, sus negociados y la camaradería entre los soldados. Mercenarios, corrupción, oligopolios multimediáticos, los periodistas sometidos. Las corporaciones, los negocios, el poder del dinero. El poder y el dinero. Todo eso y mucho más subyace bajo Los secretos del poder, una película tan ambiciosa y desmedida en sus pretensiones como fallida en su resultado.

Los Secretos del Poder
sábado 06 de junio de 2009
Basada en la serie inglesa State of Play, emitida por la BBC en 2003 , la historia se centra en Cal McAffrey (Russell Crowe), un veterano periodista que, junto con su colega Della Frye (Rachel McAdams) investigan la conexión entre un carismático y popular senador (Ben Affleck), el asesinato de su colaboradora y una poderosa empresa que mantiene negocios con el departamento de Defensa. Ellos descubrirán que, regla básica del thriller, los vínculos entre ellos no son lo que parecen.El director Kevin Macdonald sabe cómo filmar. Al igual que en su trabajo anterior, El último Rey de Escocia, utiliza la cámara en mano le imprime urgencia, velocidad y tensión al relato. Pero es muy difícil que una película sea eficiente si el guión no es tal y, en Los secretos del poder, el texto falla. Ejemplo de ésto es lo que ocurre con la arista más interesante del pastiche argumental: La dualidad y dicotomía a la que Cal se ve sometido cuando su deber periodístico choca contra sus sentimientos y contra la poderosa empresa dueña del diario. En ella se pone en juego la amistad con el funcionario interpretado por Affleck y el duelo entre la libertad de prensa contra libertad de empresa, se enfrentan a la obligación profesional de llegar al meollo del oscuro negocio. Sin embargo, Tony Gillroy, quien, entre varias historias conspirativas, escribió la trilogía de Jason Bourne y Michael Clayton, y su equipo, optan por no profundizar en esos aspectos (ni en ninguno) y sólo presentan más temas y facetas que se amontonan o se pierden con el correr de los minutos.Aunque llevadera y por momentos entretenida, Los secretos del poder es una película anodina y superflua sin agallas, lejos del poderoso y comprometido thriller político que pudo (y no supo o no quiso) ser.
4.0
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